Se cumplen ya tres años desde que el príncipe Harry y Meghan Markle pusieron pies en polvorosa para buscar una nueva vida alejada del acoso de los medios de comunicación británicos.
El hijo menor de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales tenía un futuro predestinado desde su nacimiento. Aunque su puesto en la línea sucesoria hacía muy poco probable que algún día llegara a ocupar el trono, sí que se esperaba de él que tuviera un papel importante como apoyo a la Corona, primero como hijo y después como hermano de Rey.
El matrimonio de Harry con Meghan Markle en 2018 les hizo convertirse, a ojos de muchos, en un activo muy valioso para la ya algo oxidada monarquía británica. Era una oportunidad de oro para renovarse y acercarse más a los ciudadanos de a pie.
Sin embargo, en 2020 sucedió algo que no se esperaban en Buckingham Palace: Harry y Meghan, agotados por el acoso de los tabloides hacia la estadounidense, cerraron las puertas de su hogar en Frogmore Cottage y pusieron un océano de por medio, esperando alejarse de la tempestad.
Era marzo de 2020 cuando la pareja se instaló en la isla de Vancouver (Canadá), en una mansión aislada que alquilaron con la esperanza de no ser captados por los fotógrafos.
Pero la pandemia estalló y, ante el cierre de fronteras, lograron escapar hacia Estados Unidos, donde se alojaron en casa de un amigo en California. Allí establecieron su nueva vida y nació su segunda hija, Lilibet, un año más tarde.
Harry y Meghan o cómo la realeza británica perdió la oportunidad de renovarse
Mientras fue miembro de la Familia Real, el príncipe Harry dedicó gran parte de su tiempo a labores filantrópicas, siendo quizá el que más se asemejaba a su desaparecida madre, Lady Di.
Su puesto ha sido ahora ocupado de alguna manera por su tía, la princesa Ana, que es quien más compromisos de ese tipo tiene en su agenda. Sin embargo, no es comparable el furor que generaron Harry y Meghan cuando estaban en activo trabajando para la Reina.
En un principio, Harry intentó seguir al servicio de Isabel II desde el extranjero, pero no se lo permitieron. Es por eso que creó la fundación Archewell junto a Meghan Markle. Una organización filantrópica que, sin embargo, no ha estado exenta de polémicas acerca de su financiación.
Las cuentas pendientes de Harry y Meghan
No obstante, la filantropía no es lo único en lo que ocupa el tiempo la otrora Real pareja. El príncipe Harry y su esposa llevan desde que se marcharon de Reino Unido intentando saldar cuentas pendientes e ir cerrando capítulos de su antigua vida que, por lo que han contado, no era tan idílica como parecía. Al menos, no para ellos.
La primera aparición pública de la pareja tras marcharse de Reino Unido fue una entrevista con Oprah Winfrey donde lanzaron acusaciones muy controvertidas hacia la familia de él, incluyendo supuestos gestos de racismo hacia su mujer y su hijo Archie.
Más tarde, y ya una vez fallecida la reina Isabel II, su nieto dio luz verde al estreno de Harry y Meghan en Netflix. El documental, donde el matrimonio contaba su versión de toda la historia desde que se conocieron hasta la actualidad, no ayudó para nada a reparar la ya dañada relación entre Harry y su familia.
Tanto Guillermo, como Kate Middleton y Carlos de Inglaterra salieron bastante mal parados en el documental. A pesar de todo, la pareja ha sido invitada por el nuevo monarca a su coronación el próximo 6 de mayo, aunque aún no han confirmado su asistencia.
Por si fuera poco, el príncipe Harry también ha publicado un libro con sus memorias: En la sombra, donde cuenta con pelos y señales toda su vida, desde el divorcio de sus padres, hasta su convulsa adolescencia, su paso por la guerra y el último episodio junto a Meghan Markle hasta romper con su familia para siempre.
La prensa amarilla, el principal enemigo de Harry y Meghan
Aparte de su familia, el principal enemigo que señalan los Duques de Sussex tanto en su documental como en las memorias de Harry siempre es el mismo: La prensa.
Harry quedó marcado de por vida tras la muerte de su madre, Lady Di, tras sufrir un accidente de tráfico en París mientras era perseguida por los paparazzi. Es por eso que, viendo el acoso que los tabloides británicos estaban ejerciendo contra su esposa, decidió anteponer su bienestar por encima de todo, incluso de su familia. No quería que la historia se repitiera.
La propia Meghan ha reconocido que tuvo ideas suicidas tras el nacimiento de su primer hijo, cuando el acoso se recrudeció.
Pero la pareja no solo quiere dejar las cosas claras con documentales ni biografías, pues han llevado su batalla hasta los juzgados.
El príncipe Harry ha viajado recientemente hasta Londres, a pocas semanas de la coronación de su padre, para asistir a la audiencia preliminar del juicio colectivo contra Associated Newspapers Limited, editora, entre otros, del Daily Mail, por escuchas telefónicas y demás violaciones de la privacidad.
No hay constancia de que Harry haya aprovechado su visita a Reino Unido para tener un encuentro con su hermano o su padre, con los que, por otra parte, ha dicho que quiere restaurar la relación. Solo el tiempo dirá si eso es posible. Quizá el próximo 6 de mayo en la coronación de Carlos III se produzca el primer acercamiento entre los Windsor. Todo está por ver.