Frank Cuesta, conocido por su dedicación a la protección animal, enfrenta un inesperado conflicto relacionado con su santuario. Esta propiedad, que ha sido su refugio y zona de confort, está registrada a nombre de su exmujer, Yu Yee, quien ahora le exige un pago mensual para mantener el terreno.
Un problema inesperado
Hace unos años, Frank Cuesta decidió crear un santuario para animales, utilizando sus ahorros. Sin embargo, debido a restricciones legales, tuvo que registrar la propiedad a nombre de su exesposa. «Hace unos años decidí crear un santuario, meter un dinero que había ahorrado y lo puse a nombre de mi exmujer al no poder ponérselo a mi nombre o al de mis hijos», explicó el español. La intención era que sus hijos se convirtieran en los propietarios cuando alcanzaran la mayoría de edad, pero Yu Yee se ha negado a cumplir con este plan.
Un giro inesperado en la relación
Según Cuesta, la situación se ha complicado debido a una nueva relación de Yu Yee, lo que ha generado «dudas, resquemores y rencores». Como resultado, su exmujer le está obligando a pagar 3.500 euros mensuales por el alquiler del santuario, una carga que Cuesta ha estado afrontando durante varios meses. «He intentado recomprar el santuario, pero no quieren. Ahora mismo sería un millón de euros porque la valorización se ha duplicado», afirmó Frank Cuesta.
Impacto en la salud y búsqueda de soluciones
Frank Cuesta ha expresado su frustración y preocupación por el impacto de esta situación en su salud. «Si no resuelvo esta situación, lo más probable es que compre otra tierra y monte otro santuario porque si no esto me va a matar la salud», confesó el espeleólogo, subrayando la traición de alguien en quien confiaba plenamente.
En un emotivo video, Cuesta dejó claro su descontento. «Me duele hacer este vídeo y me duele hacer este directo, pero es la primera vez en toda mi pu** vida en estos 26 años en los cuales digo que estoy hasta los cojon**, estoy hasta los huevos. Y he dado lo que no hubiera dado nadie para recibir esto», lamentó el streamer.
Un futuro incierto
El futuro del santuario de Frank Cuesta es incierto. Mientras trabaja por llegar a un acuerdo o buscar una nueva ubicación, continúa su compromiso con la protección de los animales, a pesar de los desafíos personales y legales que enfrenta. La comunidad que sigue su labor espera que encuentre una solución que le permita continuar con su admirable trabajo sin poner en riesgo su salud.