Análisis

Presencia masiva de buques rusos en aguas españolas: ¿peligro para los cables submarinos y las infraestructuras eléctricas?

Buque RUSO 'Viktor Leonov' en su seguimiento por el BAM Audaz de la Armada española. (Foto: EMAD).
Durante el mes de abril, la Armada ha intensificado la vigilancia de buques de guerra rusos en aguas de soberanía nacional. Expertos consultados por ESTRELLA DIGITAL advierten del riesgo que supone el posible mapeo de cables submarinos, esenciales para las comunicaciones y el suministro eléctrico

En un contexto como el actual, con el apagón masivo ocurrido este lunes 28 de abril en la Península Ibérica; con el apoyo incondicional de España a Ucrania, repetido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta la saciedad; y tras la intensa agenda diplomática que Zelenski desplegó en Roma tras el funeral del papa Francisco... que este mes de abril haya habido una presencia (también masiva) de embarcaciones rusas en aguas españolas resulta, cuanto menos, inquietante y desconcertante, e invita a la reflexión sobre el porqué de este tránsito, que ya se ha convertido en algo habitual.

A lo largo del mes de abril, y según ha informado el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), la Armada ha intensificado el seguimiento de buques rusos que navegan continuamente por aguas bajo jurisdicción nacional. Las unidades navales han realizado operaciones de vigilancia sobre al menos dos fragatas, un petrolero, dos submarinos, un remolcador y varios mercantes, todos ellos con bandera de la Federación Rusa.

Entre los movimientos registrados, según el EMAD, se incluye el paso del submarino Krasnodar por aguas gallegas, el tránsito de la fragata Soobrazitelny hacia el Mediterráneo Oriental y la navegación de otros buques por el litoral cantábrico, el Estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán.

Seguimientos a buques rusos efectuados por la Armada en el mes de abril

Estas actuaciones de la Armada se enmarcan en las operaciones de presencia, vigilancia y disuasión que se realizan en aguas de soberanía española. El patrullero de altura Serviola llevó a cabo el seguimiento de la fragata Soobrazitelny y del petrolero Kola durante su tránsito desde el océano Atlántico hacia el Mediterráneo Oriental. Previamente, esta misma unidad también monitorizó a los mercantes General Skobelev y Sparta IV en su paso por el litoral cantábrico, hasta que abandonaron aguas españolas.

Al llegar al Estrecho de Gibraltar, el patrullero Isla de León asumió la vigilancia de los buques rusos hasta su entrada en el mar de Alborán. Paralelamente, el Buque de Acción Marítima (BAM) Audaz, desplegado en la zona desde marzo, realizó seguimientos en el Mediterráneo y el Golfo de Cádiz, incluyendo el paso de la fragata Almirante Golovko y el buque Victor Leonov.

El BAM Furor también localizó e hizo un seguimiento del submarino Krasnodar y al remolcador Eugeniy Churov, al sur del archipiélago balear. El patrullero Atalaya y el BAM Tornado detectaron la presencia del mismo submarino Krasnodar en la costa gallega. Según el EMAD, la Armada mantuvo el seguimiento hasta su entrada en aguas portuguesas, momento en el que el control fue transferido a las fuerzas navales del país vecino.

Presencia habitual de buques rusos en aguas españolas desde que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, más de medio centenar de buques y submarinos de guerra rusos han cruzado aguas de soberanía nacional, según fuentes consultadas por este medio. La Armada mantiene un control continuo a través de sus medios navales asignados a las misiones de vigilancia, presencia y disuasión.

Pero, como ya reflejó ESTRELLA DIGITAL hace tan sólo unas semanas, expertos en infraestructuras críticas advierten de los riesgos que puede suponer la presencia de buques rusos en aguas españolas. Aunque su tránsito es habitual y está monitorizado, los especialistas señalan el peligro que representa el mapeo de cables submarinos durante sus recorridos. La localización y registro detallado de estas infraestructuras incrementa su vulnerabilidad ante posibles actos de sabotaje.

A través de estos cables se canaliza la mayor parte del tráfico global de datos, incluyendo comunicaciones esenciales y, en algunos casos, líneas de interconexión eléctrica. "Si se perturbase estratégicamente la actividad de esos cables se podría obstaculizar una respuesta militar en caso de conflicto", alertan los expertos consultados por este medio.

La OTAN ha desarrollado recientemente herramientas como el software Mainsail para analizar comportamientos anómalos y detectar amenazas en estas infraestructuras críticas. También ha puesto en marcha operaciones específicas como 'Baltic Sentry' para reforzar la vigilancia en entornos marítimos sensibles. “Tenemos que hacer más para mejorar su seguridad”, afirmó el año pasado el entonces secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Buques rusos, mapeo submarino y amenaza a la red energética

La posibilidad de que los buques rusos realicen actividades de reconocimiento en fondos marinos no se descarta. Los expertos a los que ha tenido acceso este medio alertan de que estos seguimientos pueden tener como fin localizar con precisión la red de cables submarinos por los que circulan datos, pero también energía eléctrica.

España cuenta con interconexiones eléctricas submarinas con Marruecos, a través del Estrecho de Gibraltar, y con las Islas Baleares mediante el enlace del proyecto Rómulo. Ambas son infraestructuras estratégicas que transportan suministro eléctrico de alta tensión bajo el mar.

La presencia continuada de embarcaciones rusas en las proximidades de estos puntos sensibles plantea un escenario que requiere máxima atención. Fuentes del sector recuerdan que "los sabotajes a cables submarinos podrían interrumpir no solo el tráfico de datos, sino también el suministro eléctrico transfronterizo, afectando tanto a la seguridad nacional como a la cooperación energética internacional".

Que cada cual saque sus propias conclusiones.