Annabelle, la terrorífica muñeca que llegó a los cines en 2014 y del que ha habido varias secuelas, está basada en una historia real.
Aunque su verdadero aspecto físico no es el mismo que nos dio tanto pavor en la pantalla, aquella con un vestido blanco, cabello largo y hecha de porcelana y coletas. En este caso se trataría igualmente de una muñeca pero de trapo, con hilo rojo en lugar de pelo en la cabeza, nariz triangular y pelo rojizo.
Era un modelo Raggedy Ann, que se empezó a fabricar a principios del siglo XX.
La historia se remonta a 1970, la muñeca Annabelle había sido un regalo de su madre para una joven enfermera llamada Donna (o Deirdre, según la fuente) por su 28 cumpleaños. Donna, aparentemente emocionada con el regalo, la llevó a su apartamento que compartía con otra joven enfermera llamada Angi.
Al principio todo parecía normal ya que era un elemento más de decoración, sentada en un sofá en la sala de estar y alegrando a los visitantes con su colorido rostro. Pero al poco tiempo, las dos mujeres comenzaron a notar que Annabelle parecía cambiar de posición en la habitación sin que ellas hicieran nada.
Según avanzaban los días ya aparecía en lugares diferentes de la casa. Donna recuerda cómo un día la dejó en el sillón del salón y al regresar del trabajo, la encontró en otro cuarto con la puerta cerrada.
Más adelante comenzaron a encontrar notas dejadas en todo el apartamento que decían «Ayúdame«. Según las jóvenes, las notas estaban escritas en papel pergamino, que ni siquiera guardaban en su casa.
En otra ocasión, el novio de Angie, conocido como Lou, estaba en el piso una tarde mientras Donna estaba fuera y escuchó ruidos extraños en su habitación como si alguien hubiera entrado a la fuerza.
Tras inspeccionar para ver lo que sucedía, no encontró señales de entrada forzada, pero halló a la muñeca Annabelle boca abajo en el suelo (otras versiones de la historia dicen que fue atacado al despertar de una siesta).
En vista de los espeluznantes acontecimientos, decidieron ponerse en contacto con una medium para averiguar por qué sucedía todo aquello.
La especialista realizó una sesión y les dijo trasladó que la muñeca estaba habitada por el espíritu de una niña fallecida de siete años llamada Annabelle Higgins. Cuyo cuerpo había sido encontrado años antes en el sitio donde se había construido su bloque de viviendas
Aunque les tranquilizó asegurando que se trataba de un espíritu bueno que sólo buscaba compañía, ellas optaron por acudir a un sacerdote, que a su vez contactó con el matrimonio Warren.
Los Warren era una pareja especializada en todo tipo de fenómenos paranormales ocurridos principalmente en Estados Unidos entre los años 60 hasta principiosde este siglo. El murió en 2008 y la mujer en 2019.
En palabras de Ed y Lorraine Warren, el problema de las muchachas es que consideran que debían mostrar simpatía hacia la muñeca.
Ante este hecho, afirmaron:“Los espíritus no poseen objetos inanimados como casas o juguetes, poseen personas. Un espíritu inhumano puede adherirse a un lugar u objeto y esto es lo que ocurrió en el caso Annabelle. Este espíritu manipuló la muñeca y creó la ilusión de que estaba viva para obtener reconocimiento. Verdaderamente, no buscaba permanecer unido a la muñeca, quería poseer un huésped humano”.
Los Warren notaron lo que creían que eran signos de posesión demoníaca, incluida la teletransportación (la muñeca moviéndose por sí sola) y la materialización (las notas de papel pergamino dejadas por la casa).
Ordenaron a un sacerdote que practicase un exorcismo de la vivienda, para purificaerla de cualquier espíritu. El matrimonio decidió llevarse a la muñeca del lugar y la metieron en su coche.
De camino a su casa, prefirieron no coger la autopista para evitar un posible accidente.Lorraine afirmó que los frenos se detuvieron o fallaron varias veces, lo que provocó que casi chocasen en varias varias ocasiones.
Los sucesos paranormales no terminaron ahí, Ed cuenta como la encerraron a un edificio exterior de la casa y posteriormente la encontraron dentro de su vivienda de Monroe, cerca de Nueva York.
Como respuesta, hicieron construir una caja de vidrio y madera especialmente hecha, sobre la cual inscribieron el Padrenuestro y el Ave María. Prometieron que el resto de su vida, Ed rezaría periódicamente una oración, asegurándose de que el espíritu siniestro y la muñeca, permanecieran atrapados para siempre.
Advirtieron a los turistas que visitasen su casa museo que no se burlaran nunca de Annabelle. Al parecer más de uno no siguió sus consejos.
Un visitante del museo que rió de ella cuando fue a visitarla al museo y al que invitaron a que se marchase, murió en un accidente de moto al regresar a su casa.