«Dícese de una señora que adopta el papel dominante en prácticas sexuales de bondage, disciplina, dominación y sumisión o sadomasoquismo». Así define la Real Academia de la Lengua la labor de 'dominatrix', la misma que ha estado a punto de costarle la vida a Aramís Fuster.
La conocida vidente, que desde hace algún tiempo venía desarrollando este trabajo a través de una web de escorts por los problemas económicos que estaba atravesando, fue encontrada en un hotel madrileño por efectivos policiales, que rápidamente hicieron las gestiones pertinentes para trasladarla a un centro hospitalario.
Fueron responsables del Hotel G3 Galeón los que avisaron a la Policía Nacional al no haber tenido noticias de su inquilina desde hacía bastante tiempo, y al ver cómo estaba fue trasladada a la unidad psiquiátrica del Hospital La Paz de Madrid.
Y es que al parecer al entrar en la habitación la patrulla policial encontró a María Antonia Pérez Sánchez (el verdadero nombre real de Aramís) en la cama con lesiones, que certificaron con posterioridad los profesionales del SUMMA 112.
Según éstos, la persona atendida tenía «erosiones» y «policontusiones», en el cuello y en la ingle, y de ahí que se decidió su traslado al hospital para su tratamiento.
Hay que recordar que desde que fuera desalojada de su casa de alquiler en Lleida, Aramís intentó ganarse la vida como pudo, y de ahí que aceptara formar parte del catálogo de escorts de la madame Anna Solano, donde presuntamente prestaría sus servicios sexuales desde 300 euros la hora.
Aunque sus funciones nunca han estado muy claras, en la web se aseguraba que se podía contratar a la pitonisa para servicios de compañía e incluso para ejercer de dominatrix . La catalana aparecía en el apartado de “Escorts Maduras” y contar con sus servicios podía llegar a costar hasta 2.000 euros por diez horas de servicio.
M. A.