¿Son los productos “eco” realmente sostenibles o puro marketing verde?
- El “greenwashing” o ecopostureo es una práctica frecuente en el mercado actual.
- No todo lo que lleva etiqueta “eco”, “verde” o “natural” es respetuoso con el medioambiente.
- Existen certificaciones fiables, pero también muchas estrategias confusas.
- El consumidor informado es la mejor defensa frente a la desinformación ambiental

“100% natural”, “envase reciclable”, “sostenible”, “verde”… Estas palabras llenan las estanterías del supermercado. Pero, ¿cuánto de cierto hay detrás de esas etiquetas? ¿De verdad compramos mejor o nos están vendiendo humo (verde)?
1. ¿Qué es el greenwashing y por qué debería preocuparte?
El greenwashing es una estrategia de marketing con la que las marcas fingen ser más ecológicas de lo que realmente son. Se trata de exagerar o inventar cualidades sostenibles para mejorar la imagen sin aplicar cambios reales en sus procesos o productos.
Ejemplos de greenwashing:
- Usar envases “verdes” sin contenido reciclado real.
- Prometer “compensación de carbono” sin auditoría externa.
- Cambiar el diseño, no la composición del producto.
2. Palabras bonitas no siempre significan impacto real
Términos como “eco-friendly”, “natural” o “verde” no están regulados por ley. Esto significa que cualquier empresa puede usarlos en sus envases sin necesidad de justificarlo, a menos que existan normativas específicas.
Lo que importa no es lo que dice la etiqueta, sino:
- ¿De dónde vienen los ingredientes?
- ¿Cómo se produce y transporta?
- ¿Qué impacto tiene al desecharse?
3. Claves para detectar productos realmente sostenibles
Busca certificaciones fiables: como el sello europeo EU Ecolabel, Ecocert, FSC (para madera o papel) o Fairtrade.
Lee los ingredientes o materiales: si no los entiendes o no están claros, desconfía.
Desconfía del exceso de promesas: si algo parece “milagrosamente verde”, probablemente no lo sea.
Consulta el ciclo de vida completo: desde el origen hasta el reciclado.
4. ¿Y si todo es marketing? ¿Qué hago como consumidor?
Nadie es perfecto. Pero puedes mejorar tu impacto con pequeños gestos:
- Prioriza productos locales y de temporada.
- Reduce envases de un solo uso.
- Compra menos, pero mejor.
Revisa las políticas medioambientales de las marcas.
La clave está en consumir con sentido crítico, no desde la culpa.
Ser sostenible no es (solo) comprar productos verdes, sino cuestionar el sistema y nuestras decisiones cotidianas. Exige transparencia e investiga.