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España lidera la sobrecualificación en Europa

La sobrecualificación laboral en España continúa por encima de la media europea. Los analistas destacan que este es un problema estructural que requiere de una atención urgente para no desaprovechar el talento disponible en el mercado laboral.
Foto: Pixabay
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Un reciente informe de Eurostat, la oficina de estadística europea, ha puesto de manifiesto que España continúa siendo líder en lo que a sobrecualificación laboral se refiere.

Según datos oficiales, un 35,9 % de los trabajadores españoles ocupan puestos para los que se exige un nivel formativo inferior al que ellos tienen. En el conjunto de la Unión Europea, la cifra media de sobrecualificación laboral es de un 22,6 %.

Mujeres y jóvenes, los más afectados

Esta situación no es nueva, España lleva años encabezando el ranking. De media, más de uno de cada tres españoles ocupa un puesto para el que está sobrecualificado, que no se corresponde ni con su nivel formativo ni con sus competencias.

Para los expertos, esto demuestra que ni la inversión pública ni la privada en educación se traducen en una mejor adecuación de los perfiles al tejido productivo. De manera que muchos jóvenes que acaban sus estudios universitarios acaban trabajando en sectores de baja cualificación y, con frecuencia, con condiciones laborales precarias.

Las mujeres y los jóvenes son los más afectados por este desajuste entre formación y ocupación. Según datos de Eurostat, el 36,5 % de las trabajadoras españolas están sobrecualificadas, frente al 34,8 % de los hombres.

Esto puede explicarse por la mayor presencia femenina en sectores con altos niveles de preparación, pero escasa proyección laboral, como la sanidad o la educación, en los que la precariedad y la temporalidad son habituales.

En el caso de los jóvenes, solo el 78,7 % de los jóvenes de entre 20 y 34 años que finalizaron sus estudios entre uno y tres años antes, estaban empleados en 2023. La media en Europa en ese mismo período fue del 83,5 %.

Muchos recién titulados se ven obligados a aceptar trabajos de baja cualificación o fuera de su área de formación. Con frecuencia, esto lleva a una pérdida de motivación y de habilidades específicas que les impide acabar desarrollando la profesión para la que se formaron.

El mercado laboral no es capaz de absorber el talento

España cuenta con las generaciones más formadas de su historia y, sin embargo, el mercado laboral no ha evolucionado al mismo ritmo.

Gran parte de las ofertas de empleo se concentran en sectores de baja cualificación, con altas tasas de temporalidad y escasas perspectivas de desarrollo profesional.

Según el Informe CYD, un 35,8 % de los graduados universitarios en edad de trabajar ocupa un puesto que no requiere de estudios universitarios. Cifra que se agrava en las regiones con menor diversificación económica o una alta dependencia del turismo estacional.

Los especialistas destacan que la falta de inversión en sectores de valor añadido, como la tecnología, la investigación o la industria avanzada, provoca que no se generen suficientes empleos de alta cualificación. Mientras tanto, otros países aprovechan esta situación para captar el talento formado en España. Es lo que califica como una "fuga de cerebros".

Paradójicamente, a medida que crece la sobrecualificación también aumenta el número de empresas que ofrecen vacantes cualificadas y no encuentran personas para cubrirlas.

Numerosos estudios señalan que en el sector privado a más del 75 % de las empresas les cuesta encontrar candidatos que tengan las competencias necesarias para determinados puestos.

Muchas empresas señalan, además, la escasa formación que existe en habilidades transversales como la capacidad para trabajar en equipo, la comunicación o el pensamiento educativo.

Las propuestas de los especialistas

Los expertos señalan que trabajar por debajo del nivel de formación conlleva frustración, desmotivación y pérdida de la autoestima profesional. Una situación de la que se vuelve cada vez más complicado salir a medida que va pasando el tiempo.

Además, esta falta de adaptación entre el talento y lo que el mercado demanda afecta a la productividad general del país, limitando su crecimiento económico, porque se está desaprovechando el potencial de la fuerza laboral disponible.

Los especialistas destacan que para acabar con este problema estructural hay que reformular el modelo educativo y laboral. Partiendo de una mejor conexión entre el sistema educativo y las necesidades del mercado; potenciando las prácticas en empresas; la formación dual y la orientación vocacional efectiva.

A la vez, se hace necesario incentivar la creación de empleo de calidad en sectores de alto valor añadido. Para ello, hace falta una mayor inversión en I+D, tecnología, energías renovables e industria.