Mires donde mires, sólo ves tetas. Naturales, postizas, grandes, pequeñas… Los tíos que pasan por ahí parecen atrezzo. Nadie se fija en ellos. Lo único que te llaman la atención son las peras, las domingas, las ubres, en algunos casos.
'Pasaporte a la isla' busca calentar todavía más al personal. Poco importa que quizás sea el verano más caluroso del siglo. Todo es poco para los rectores de Telecinco. Quieren que estemos más calientes que el palo de un churrero en pleno mes de julio y con la calor que está cayendo.
Quitando las dos madres a las que conocimos en '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' (¿pero qué leche pintan ahí?), y habrá algún demente que hasta se fije también en sus senos, el resto de participantes femeninas podrían optar a un casting de cualquier película «X», incluida esa madurita Jenny Llada a la que todavía recordamos como una de las musas del destape (más de uno, o de una, todavía tendrá algún poster suyo en su cuarto sin ropa).
Todas, o casi todas, han salido ya desnudas en algún sitio (yo diría que en muchos), y seguro que más de una volverá a hacerlo en breve, a medida que vayan saliendo de ese nuevo campamento de verano que se ha montado la cadena para pasar estos meses sin necesidad de gastar demasiado.
Personas que, en el 90% de los casos, sólo conocen los fieles de Telecinco, o como mucho de Cuatro, y que harían cualquier cosa con tal de tener sus semanas de gloria en televisión, ganando un sueldo por practicamente no hacer nada. Bueno sí, el ridículo.
Y es que amigos una cosa es hacerlo por 200.000 euros, como los que estaban en juego en un concurso como 'Supervivientes', y otra muy distinta hacerlo por nada, simplemente por un billete para la próxima edición de este espacio, donde seguramente la gente ya se haya cansado de ti y seas el primero o primera en salir expulsado.
Viendo que hay gente que está dispuesta a participar por esto, a este paso a nadie extrañaría que Telecinco terminara ahorrándose los premios en metálico y ofreciera un fin de semana en un spa en una casa rural, siendo muy generosa, o termos, vajillas o hasta bolsas de chuches al ganador de sus próximos realitys.
Teniendo en cuenta que si te cansas de hacer el ridículo un día después de comenzar el programa, como ha hecho Luisa Kremleva, la ex de Alberto Isla, pues tampoco pasa nada, o incluso empiezan a pasar cosas, en forma de visitas a programas de Mediaset y propuestas de todo tipo (sin ropa, por supuesto)… Pues ancha es Castilla.
Por cierto, curioso el cambio de gustos mujeriegos del citado Isla. Pasar de Chabelita a la Kremleva es como tener un motocarro y pasarse a un Ferrari, como ser jugador de la Balompédica Linense, con todo mi respeto a la Balona, y convertirse en 24 horas en estrella del FC Barcelona, como pasar de comer escarabajos a caviar iraní Almas, el más caro del mundo.
La mosca