Con la llegada del verano, las actividades acuáticas se convierten en una de las opciones más refrescantes y divertidas para disfrutar en familia. Sin embargo, mientras los niños se divierten chapoteando en la piscina o en la playa, la seguridad debe mantenerse como una prioridad esencial. Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el color de los trajes de baño, que puede jugar un papel crucial en la prevención de emergencias acuáticas.
Los ahogamientos son una de las principales causas de muerte accidental en niños pequeños. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, los ahogamientos son la segunda causa de muerte entre los niños de 1 a 4 años. Esta alarmante estadística subraya la importancia de tomar todas las medidas posibles para proteger a los pequeños cuando están en el agua.
Beatriz Arteaga, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Las Américas, enfatiza la necesidad de una supervisión directa y constante por parte de adultos responsables, especialmente cuando se trata de niños que aún no saben nadar. La vigilancia continua es fundamental, pero la elección del traje de baño también puede contribuir significativamente a la seguridad.
En el contexto de la seguridad acuática, la visibilidad juega un papel crucial. Los colores brillantes y fluorescentes son esenciales porque contrastan fuertemente con el color del agua, ya sea en una piscina o en el mar. Esto permite que los adultos puedan identificar rápidamente a los niños y actuar con rapidez en caso de emergencia.
Arteaga recomienda evitar los trajes de baño en tonos azules, celestes o verdes claros, ya que estos colores pueden confundirse fácilmente con el agua, haciendo más difícil localizar a un niño que podría estar en peligro. La confusión visual es un riesgo real en ambientes acuáticos, donde la claridad es crucial para la seguridad.
Colores brillantes y seguridad
La elección de colores llamativos y brillantes no solo añade diversión al vestuario veraniego, sino que también cumple una función vital en la prevención de accidentes. Los tonos fluorescentes como el amarillo, el naranja o el rosa neón se destacan claramente contra el fondo azul del agua, facilitando la supervisión y la rápida identificación de los niños.
Expertos en seguridad acuática han promovido esta recomendación, destacando que la claridad visual en el agua es esencial para prevenir situaciones críticas. Las asfixias por inmersión, que pueden ocurrir en segundos, son especialmente peligrosas y pueden tener consecuencias devastadoras.