José María González Santos ‘Kichi’ lleva pocas semanas como alcalde de Cádiz, pero en estos pocos días ya ha ocupado más páginas en los diarios nacionales, que muchos de sus predecesores. Su relación sentimental con la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, le ayudó a darse a conocer, pero después él solito ha seguido sumando méritos.
Su ‘incalificable’ escena intentando detener un desahucio ante la Policía hizo que su nombre quedase grabado en la mente de muchísimos españoles. La jugada no le salió como él pensaba y recibió críticas hasta de los más cercanos a Cadiz Sí Se Puede. Sin embargo, este ‘chirigotero’ y profesor de Historia en la educación secundarao sigue empeñado en que se vea que es un hombre muy cercano al pueblo.
Por eso, no quiso estar en el palco del Ramón de Carranza el día que su equipo se jugaba el ascenso a Segunda. El Cádiz venía con un 2-0 en contra de San Mamés, pero ‘Kichi’ tenía las esperanzas intactas y se fue al Fondo Sur a animar a sus jugadores como un aficionado más.
El alcalde no quiso estar en el palco. Pasó de todo el protocolo y se fue con sus dos hijos (de una pareja anterior) y con su novia a su localidad habitual. Allí se integró como nadie en la afición cadista y pronunció cánticos de lo más variopintos. “Pon más huevos”, cantaba mientras que los goles no terminaban de llegar.
“Hoy no puedes perder. Vamos Cádiz, te llevamos dentro del Corazón”, gritaba mientras que su novia estaba más preocupada de hacer fotos a sus acompañantes. Hasta ahí, todo bien, porque las frases tenían más o menos gusto literario, pero no podían ofender a nadie.
El problema llegó cuando el asedio amarillo no terminó de encontrar su premio en los últimos minutos. El Cádiz llegó al último partido del play off por un dudoso penalti en su eliminatoria frente al Hércules, pero los aficionados del Carranza no se acordaron de eso en los momentos críticos. Todos cantaron a coro “manos arriba, esto es un atraco”, cuando las crónicas no dicen que el papel del árbitro fuera decisivo en este choque.
El alcalde gritó lo mismo que el resto de la grada con la mano en alto y se olvidó de que su cargo público le da más visibilidad, según captaron las cámaras de La Sexta. La Liga de Fútbol Profesional y algunos clubes están empezando a sancionar a aficionados por este tipo de frases, pero al tratarse de Segunda B, Kichi puede estar tranquilo. Más de uno piensa que ese tipo de frases incita a la violencia y un alcalde nunca puede ser el primero en señalar a un árbitro, sea del partido que sea. Además, José María González podría esperar que toda la atención de las cámaras se fijase en él. Finalmente, el Athletic empató en el último minuto (1-1). ‘Kichi’ se fue resignado a su casa, pero otros aficionados tiraron botellas a los futbolistas del Athletic B que celebraban su ascenso en el césped.