viernes, marzo 14, 2025
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El retrato perdido de Klimt reaparece tras casi un siglo y se pone a la venta por 15 millones de euros

Después de 97 años desaparecido, el retrato de Guillermo Nii Nortey Dowuona, príncipe de Ghana, de Klimt , ha reaparecido en la prestigiosa feria de arte TEFAF de Maastricht

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El retrato del artista Gustav Klimt al príncipe de Ghana, Guillermo Nii Nortey Dowuona, ha reaparecido después de 97 años en la feria de arte contemporáneo TEFAF de Maastricht, gracias a la galería vienesa Wienerroither & Kohlbacher (W&K). Fuentes de la feria han confirmado que la pintura está disponible en el mercado con un precio de 15 millones de euros.

Un hallazgo inesperado tras años de incertidumbre

El retrato, fechado en 1897, tenía prevista su primera exhibición pública en la edición anterior de la feria, pero incertidumbres legales de última hora impidieron su presentación. Ahora, con todas las cuestiones jurídicas resueltas, la obra ha salido a la luz.

El proceso de redescubrimiento comenzó en 2021, cuando una pareja de coleccionistas se presentó en la galería W&K con el cuadro en un estado deteriorado: mal enmarcado y con una capa de suciedad que ocultaba detalles esenciales. Sin embargo, entre los rastros del tiempo, los expertos hallaron un sello de propiedad de Gustav Klimt, apenas visible, lo que encendió las alarmas sobre su autenticidad.

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El profesor y especialista en la obra de Klimt, Alfred Weidinger, identificó rápidamente la pintura como una pieza perdida que llevaba buscando durante dos décadas. Según Weidinger, este retrato pertenece a los primeros años de trabajo del artista y representa a un importante líder de la comunidad Osu (Ga) de Ghana, dentro del contexto del Völkerschau de Viena de 1897.

Un testimonio artístico e histórico de alto valor en la producción de Klimt

Más allá de su valor artístico, el especialista ha subrayado que la obra documenta una fase de cambio estilístico en la producción de Klimt y, al mismo tiempo, refleja las complejas interacciones históricas entre Europa y otras regiones del mundo en aquella época.

Se cree que, tras su creación, el cuadro permaneció en posesión de Klimt hasta 1923, cuando fue subastado en la casa S. Kende de Viena. En 1928, aparece documentado como propiedad de Ernestine Klein, quien lo prestó para la exposición conmemorativa de Klimt en la Secesión de Viena.

Sin embargo, el destino de la obra cambió con la llegada del régimen nazi. Ernestine y su esposo, Felix Klein, se vieron obligados a huir en 1938 debido a su origen judío. Mientras lograron sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial refugiándose en Mónaco, su patrimonio artístico, incluido el retrato, se perdió durante décadas.

El cuadro desapareció de los registros oficiales y no volvió a saberse de él hasta su redescubrimiento en 2023, cuando los coleccionistas lo llevaron a la galería vienesa, desencadenando una investigación que ha culminado con su autentificación.

Un nuevo capítulo en la historia del arte

La reaparición de esta pintura marca un hito en la historia del arte y supone una oportunidad excepcional para los coleccionistas. Su exposición en TEFAF Maastricht ha despertado un enorme interés en el mercado internacional, y la cifra de 15 millones de euros la convierte en una de las obras más valiosas de la feria.

La venta de este retrato no solo supone la recuperación de una pieza icónica, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre el paradero de otras obras perdidas de Klimt y su posible conexión con la historia de los exilios y saqueos del siglo XX.

Por ahora, el destino final de la pintura sigue siendo una incógnita. Lo que es seguro es que su regreso al escenario artístico mundial ha devuelto a la luz una pieza de incalculable valor tanto artístico como histórico

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