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El ‘Código sala’ revoluciona la atención al ictus en hospitales españoles

Este nuevo protocolo elimina el paso por Urgencias y acelera el diagnóstico y tratamiento de una de las patologías más urgentes y prevalentes en España
Ictus@foto istockphoto
Ictus@foto istockphoto

Cuando se trata de un ictus, cada minuto cuenta. Lo saben bien los neurólogos, los radiólogos y el resto de profesionales sanitarios que trabajan a contrarreloj para salvar vidas y reducir al mínimo las secuelas. Por eso, varios hospitales españoles han empezado a implantar un nuevo circuito de atención inmediata: el ‘Código sala’.

Un circuito que evita pasar por Urgencias

La clave del ‘Código sala’ está en trasladar al paciente directamente a la sala de angiografía, sin pasar por el servicio de Urgencias. Allí se realiza la prueba diagnóstica —habitualmente un TAC— y, si es necesario, se procede de inmediato al tratamiento, como la trombectomía.

Este modelo, ya en marcha en hospitales como el Virgen del Rocío de Sevilla, el Vall d’Hebron de Barcelona o el Clínico de Madrid, representa un salto cualitativo en la asistencia al ictus. Ahorra minutos vitales y mejora de forma notable las posibilidades de recuperación del paciente.

El tiempo es cerebro

El tiempo es cerebro”, recalca el doctor Enrique Palacio, jefe de sección de Neurología del Hospital Valdecilla de Santander. Lo repite como un mantra junto a su colega, el radiólogo Andrés González. Ambos insisten en que cuanto más rápido se actúe ante un ictus, mejor será el pronóstico.

Actualmente, cuando un paciente llega al hospital con síntomas, se le atiende en Urgencias, se le traslada a Radiología para realizar un TAC y luego, si procede, se le lleva a la sala de intervención. El ‘Código sala’ acorta radicalmente ese recorrido, centralizando diagnóstico y tratamiento en un solo espacio y eliminando traslados innecesarios.

Síntomas a tener en cuenta

Identificar los síntomas a tiempo es esencial. Aunque pueden variar según la zona del cerebro afectada, los más comunes son:

  • Pérdida de fuerza en un lado del cuerpo

  • Desviación de la comisura bucal

  • Dificultades para hablar o entender

  • Problemas de visión

  • Inestabilidad o dificultad para caminar

La buena noticia, según los especialistas, es que la población cada vez reconoce mejor estas señales de alarma y acude antes al hospital, algo que resulta crucial.

Una enfermedad en aumento

La prevalencia del ictus está creciendo. En España, afecta ya a un 6 % de la población, según estimaciones recientes. ¿La causa? En parte, el envejecimiento progresivo de la sociedad, pero también hay factores de riesgo que se pueden controlar.

Entre ellos: hipertensión, diabetes, colesterol alto, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol y sedentarismo. Por eso, la prevención pasa por adoptar hábitos saludables cuanto antes.

Hábitos que marcan la diferencia

El doctor Palacio lo resume con claridad: caminar al menos 30 minutos al día, seguir una dieta equilibrada (baja en sal, grasas y procesados), y evitar el tabaco y el alcohol. El estrés también juega un papel nada desdeñable como factor de riesgo.

La actividad física moderada y la buena alimentación no sólo previenen el ictus, sino que también reducen el riesgo de sufrir otras enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Secuelas cada vez menores

Gracias a la mejora de los protocolos —como el Código Ictus y ahora el Código Sala—, la tasa de mortalidad y de secuelas ha disminuido notablemente. En el Hospital Valdecilla, más del 50 % de los pacientes se recuperan sin secuelas o con secuelas leves no discapacitantes.

No obstante, cuando hay secuelas, estas pueden afectar al habla, la movilidad, la deglución, la coordinación o la percepción corporal. En otros casos, aparecen más tarde alteraciones cognitivas o emocionales, como ansiedad, depresión, irritabilidad o cambios de conducta.

Manejo multidisciplinar

El ictus no es solo una cuestión de urgencia médica. Su abordaje requiere coordinación entre múltiples especialidades: desde Urgencias, Neurología, Radiología, Rehabilitación, Medicina Interna, hasta Enfermería, Trabajo Social y otras disciplinas. Todos ellos son piezas clave en el engranaje de la recuperación.

Y en ese engranaje, los nuevos protocolos como el Código sala son un paso decisivo hacia una atención más rápida, más eficaz y más humana.