Hay deportistas con grandes historias a sus espaldas que cuando alcanzan el éxito merecen una recompensa mayor. Es el caso de Diego Van Looy, un triatleta profesional que ha demostrado que su nombre es sinónimo de resiliencia y que rendirse nunca ha sido una opción. Ahora, acaba de ganar un Ironman —el triatlon que combina natación, ciclismo y carrera—, pero el camino hasta llegar aquí no ha sido en absoluto fácil.
Van Looy es un deportista exitoso que en 2019 se proclamó Campeón del Mundo ITU de triatlón de larga distancia. Su amplio palmarés le situa como uno de los mejores del mundo en su disciplina, pero para entender mejor su historia debemos remontarnos al 16 de agosto de 2021, cuando un camión le atropelló a 60 km/h en una carretera de Mallorca.
El fuerte accidente le fracturó tres vértebras cervicales —C1, C2 y C4—, cuatro vértebras torácicas —T7, T8, T9 y T10—, así como varias costillas, lo que le provocó un neumotórax, según ha contado al diario MARCA. Él mismo reconoce que después de un accidente de estas características y de estas lesiones, «lo normal es morirse». O, como mínimo, podría haber sufrido parálisis de distinta gravedad, como tretraplejia o pérdida de movilidad en algunas extremidades, que se asocian a las lesiones cervicales.
No osbtante, no fue su caso. La buena y rápida actuación del personal médico le permitió no solo sobrevivir, sino hacerlo en buenas condiciones físicas. Le colocaron clavos para sujetar las vértebras y que la espina dorsal no sufriera. Solo dos meses después del accidente comenzó la rehabilitación en una clínica de Bélgica.
Diego reconoce, como no puede ser de otra manera, que los más cercanos le decían que se rindiera, pero él se veía con fuerzas para recuperarse y volver al mismo nivel deportivo que antes del accidente. Su objetivo siempre ha sido seguir compitiendo de manera profesional hasta los 40 años, siempre que su estado de forma se lo permitiera. «Evidentemente, los triatletas no somos futbolistas, no nos dedicamos a esto por dinero, es la pasión la que nos mueve«, ha explicado al medio anteriormente citado.
Incluso él mismo publicó fotografías con la indumentaria ciclista cuando todavía estaba en el hospital y llevaba el collarín. Cuando se le calmó el dolor, comenzó a entrenar, mientras que solo cinco meses después de aquel fatídico día de agosto se subió a la bici. Seis meses después, salió por primera vez a correr. Esto, por supuesto, lo achaca al fantástico trabajo de los fisioterapeutas durante la rehabilitación.
En junio de 2022 pasó por última vez por el quirófano para retirarle los clavos de las otras dos operaciones previas. En el mes de agosto empezó a sentirse «muy bien» y a notar «que podía sostener ritmos altos como antes del accidente«. Por eso, se empezó a preparar para el maratón de Málaga que se celebró en diciembre de 2022. Era su regreso a la competición y lo saldó con un gran resultado —un tiempo de 2:32:47— y, sobre todo, con muy buenas sensaciones.
Van Looy se impone en el ISRAMAN
Ahora, el año ha comenzado para él con un reto en mayúsculas. Este fin de semana ha disputado un Ironman, lo que se conoce de manera habitual como un triatlón de larga distancia. En esta ocasión, ha participado en un ISRAMAN, prueba que ya ha ganado en tres ocasiones en la distancia ‘half’, aunque él siempre se ha sentido más cómodo con la ‘distancia 226’.
No solo ha conseguido terminar la prueba, lo que ya hubiera sido un gran mérito, sino que ha conseguido ganarla. Ha conseguido una marca de 9 horas y 44 minutos, con siete minutos de ventaja sobre el segundo clasificado. «Después de unos buenos 100 kilómetros de ciclismo, tomé la delantera, pero mis tres predecesores bloquearon el camino todo el tiempo para que no pudiera pasar. Realmente no quería quedar atrapado en su estela y cruzar de forma accidental la línea blanca al pasar. Por supuesto que sabía que el jurado vería esto, pero no tenía otra opción. Mi velocidad era simplemente mucho mayor«, ha explicado Diego.
Sin embargo, su participación en la prueba no ha estado exenta de polémica. En un primer momento, reicbió una tarjeta roja por esto que él mismo mencionaba. Por eso, al cruzar la meta en la primera posición, fue descalificado. Sin embargo, apeló la decisión y la organización le dio la razón. «Si no hubieran rectificado esto, esta prueba hubiera sido la última de mi carrera«, explicó.
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Ahora que su fantástica actuación ha hablado por sí mismo, Van Looy ha pedido, con lágrimas en los ojos, apoyo financiero. Reconoce que sus patrocinadores le dejaron de lado después del accidente y durante el proceso de recuperación, por lo que no sabe qué más tiene que hacer para recuperar patrocinadores.
«Perdí casi todo el apoyo económico necesario en un deporte tan caro como el triatlón. Mi patrocinador de bicicletas también se retiró, así que ni siquiera sé cómo comenzar la próxima carrera. No entiendo muy bien lo que todavía tengo que demostrar para obtener lo que merezco. Haré cualquier cosa por ello», ha afirmado.
«Entreno como un poseso, pero recibo muy poco a cambio. Fue un año y medio horrible y doloroso encima. La gente no se da cuenta de lo mucho que sufrí. Han sido ocho meses muy duros y de mucho esfuerzo. No podría haber soñado que podría ganar aquí. El Israman es el triatlón de fondo completo más duro del mundo”, ha añadido para cerrar.