Raro, raro, raro. Y sin duda: Sucio, sucio, sucio. El caso Varma, una compleja investigación de la fiscalía anticorrupción sobre una trama internacional de contrabando, estafa, blanqueo y falsificación de productos low cost, suscita dudas, recelos y desconfianzas a prácticamente todas la partes personadas en la instrucción. También en la prensa, que observa escéptica los claro-oscuros de un caso, sobre el que ahora sobrevuela la figura, siempre controvertida y opaca, del Comisario, José Manuel Villarejo.
Primero, extorsión
En 2014, meses antes de que fue detenido el considerado capo de la organización, el ciudadano hindú Harishchandra Tarachand Varma, su teléfono móvil empezó a recibir mensajes anónimos desde un celular de titularidad no identificada.
Esos mensajes le exigían 3 millones de euros a cambio de apartarle de una ambiciosa investigación policial “que iba a reventar en los próximos meses”. O dejas el país y pagas o nadie en este mundo puede evitarte la cárcel”, decía el comunicante al empresario hindú. Según esos mensajes, Varma era el principal objetivo de los investigadores e iba acabar inevitablemente en prisión si no pagaba. Tal y como el investigado ha explicado en declaraciones a Estrella Digital, ese comunicante anónimo dijo pertenecer a la policía. Era evidente que alguien quería sacar tajada del asunto. Alguien que necesariamente tienen información directa de la investigación policial efectivamente en curso contra él.
Y aparece Villarejo
El ciudadano hindú, que tiene nacionalidad española, vive en Madrid pero tiene su residencia oficial en Dubai, puso esas amenazas en manos de su entonces abogado, Javier Iglesias. Éste, a su vez, le puso en contacto con un mando policial de su confianza “para que le explicase el caso”. “Si, -explica Varma- a través de Iglesias me puse en contacto con un policía que era un hombre importante de asuntos internos. Este policía me dijo que le facilitase toda la información y que investigaría lo sucedido.”.
Ese policía no era otro que el ex comisario José Manuel Villarejo, adscrito al DAO de la policía en aquellos años (y no a asuntos internos), para muchos el máximo exponente de lo que se ha dado en llamar “las cloacas del Estado”. Villarejo, según declara Varma, no se identificó con su auténtico nombre.
Empezaron las entrevistas
Varma, su abogado y ese policía “salvador” se entrevistaron por primera vez en el Hotel Fénix de Madrid, situado en la plaza de Colón.
Tras esa reunión, y a pesar de la cordialidad con la que se desarrolló aquel primer contacto, Villarejo siguió sin aportar su verdadera identidad. ¿Porqué?. El propio Varma no sabe responder a esa pregunta pero lo cierto es que el controvertido comisario camufló su identidad y le dijo que le iba a ayudar a denunciar a esos “policías corruptos”, porque, según el empresario Villarejo, en la primera de las citas, ya le asegura que los extorsionadores son policías.
Fue la primera toma de contacto. A éstas le siguieron al menos otras 4 reuniones , algunas en la cafetería del hotel Meliá.
Denuncias deslavazadas
Varma explica que compareció en asuntos internos, pero que notó que no le “tomaban en serio”, por lo que, por su cuenta y riesgo se fue a los juzgados la plaza de Castilla, donde sí denunció y esas extorsiones se acabaron investigado hasta del final: el supuesto chantaje a Varma fue obra, según el juzgado, de unos traductores que en aquellas fechas (marzo y abril de 2014) estaban escuchando, por mandato legal, la conversaciones intervenidas por el juzgado al rey del low cost, por lo tanto esos traductores sabían que Varma estaba en el punto de mira de la investigación oficial.
Varma fue detenido el 17 de noviembre del 2014 e ingresó fulminantemente en prisión por orden de un juez de Fuenlabrada, a petición de la Fiscalía Anticorrupción.
Salió de la cárcel tras el pago de una fianza de 300.000 euros el día 17 de diciembre de 2015. “Es en la cárcel que me doy cuenta de que aquel policía de asuntos internos era el señor Villarejo al verlo en la televisión y en prensa”.
El auto de prisión contra Varma, y la ratificación de éste por parte de la sección 15 de la Audiencia de Madrid, es lapidario. Varma, quiere aprovechar la entrevista para exculparse y atribuir todo lo que esta viviendo a una especie de conjura entre clanes policiales enfrentados. No aporta, sin embargo, pruebas de ello.
Preguntas por resolver
¿Las altas instancias de Interior, sabían de la actuación de Villarejo con ese empresario hindú?. ¿Quién le intentó extorsionar?. Como parece… ¿Fueron dos traductores de la policía o había alguien más moviendo los hilos?. Si la actuación de Villarejo fue procedente y orientada a la búsqueda de la verdad…¿Porqué no facilitó su nombre verdadero desde un principio?.
¿Alguien quiso hacer negocio con la imputación de Varma?. ¿Alguien quiso utilizar a Varma para sus vendettas personales?.
Las cloacas del estado son oscuras y malévolas y, a menudo, hacen que las cosas no sean lo que parecen y para ello no hay nada mejor que tratar de confundir o intoxicar a un periodista.
Carlos Quílez