La Iglesia católica beatifica este sábado a la química madrileña Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), una de las mujeres pioneras dentro del Opus Dei y destacada también en otros ámbitos de su vida, como el académico e investigador, al recibir el prestigioso Premio Juan de la Cierva.
Está previsto que unas 11.000 personas de más de 60 países acudan al madrileño palacio de Vistalegre, donde se celebrará la ceremonia de beatificación presidida por el cardenal Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, y en la que celebrarán también el cardenal arzobispo de Madrid Carlos Osoro, y el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz.
Tras la lectura del mensaje del papa Francisco y la fórmula solemne de beatificación se descubrirá la imagen de la nueva beata y sus reliquias serán llevadas al altar para ser veneradas.
Según ha informado el Opus Dei, a la ceremonia acudirán 3.000 peregrinos procedentes de más de 60 países, en especial México, donde Ortiz de Landázuri trabajó durante seis años, y asociaciones, parroquias y colegios seguirán la ceremonia desde otros lugares habilitados con pantallas.
Guadalupe Ortiz de Landázuri es la primera persona laica del Opus Dei en ser beatificada y fue una de las colaboradoras más cercanas del fundador de la Obra, Josemaría Escrivá de Balaguer.
Nacida en Madrid el 12 de diciembre de 1916, Ortiz de Landázuri estudió Químicas y fue una de las pocas mujeres en cursar estudios en aquella época (1933). En Madrid se dedicó a la docencia y a la investigación, realizó su doctorado y desarrolló una gran actividad profesional y evangelizadora. En otras etapas de su vida vivió en México y Roma.
El texto del decreto promulgado por la Congregación destaca su «alegría contagiosa, la fortaleza para afrontar las adversidades, el optimismo cristiano y su entrega a los demás».
El papa Francisco autorizó en mayo de 2017 el decreto con el que se declaró venerable a esta científica española, primer paso en los procesos de beatificación y el pasado mes de junio firmó el decreto con el que se le beatificará.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro, obrado «por intercesión» después de ser proclamado beato.
En su caso, se le atribuye la curación «instantánea, completa, permanente y sin explicación científica» en 2002 de un hombre, Antonio Sedano, que padecía un carcinoma basocelular en un ojo y que, el día previo a la operación, rezó a Guadalupe por su curación y despertó sin el tumor.
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