Los trabajadores del departamento de producción de Indra Sistemas en Torrejón de Ardoz (Madrid) llevan meses convocando diferentes huelgas para exigir el reconocimiento de sus derechos laborales y mejoras salariales. El conflicto empezó con seis jornadas de huelga a partir del 19 de noviembre, pero «ante la negativa de la empresa a atender estas demandas, se decidió intensificar las acciones con la convocatoria de una huelga indefinida, que continúa hasta la fecha», explican a ESTRELLA DIGITAL fuentes de la Confederación General de Trabajo (CGT).
Los empleados han decidido convocar una concentración el próximo miércoles 15 de enero a las 11:00 horas frente a la sede de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), principal accionista de Indra con un 28% de participación. Recordemos que la SEPI es una empresa pública española dependiente del Gobierno español. La entidad Indra no ha contestado a este digital al ser preguntados por la próxima concentración.
Este paso supone una la entrada a «una nueva etapa de movilizaciones», según afirman desde CGT. El objetivo de esta acción es visibilizar la falta de soluciones a sus demandas y presionar para que la SEPI intervenga en el conflicto laboral. Entre las principales reivindicaciones se encuentran la mejora de las condiciones salariales y la revalorización de las categorías profesionales.
¿De dónde viene el conflicto?
Según han contado a este digital, el problema radica en que Indra Sistemas carece de un convenio propio y se rige por el Convenio de la Industria del Metal de Madrid, que establece mínimos tanto en materia económica como en clasificación profesional. En los últimos años, muchas personas han abandonado la empresa debido a estas condiciones. Además, ante la dificultad para contratar personal con los bajos salarios actuales, la empresa ha incrementado las ofertas salariales para las nuevas incorporaciones, lo que genera una situación desigual: los nuevos empleados reciben sueldos superiores a los de trabajadores con años de experiencia.
En la parte de producción, donde la mayoría de los técnicos cuentan con más de 15 años de experiencia, el salario medio se sitúa entre los 22.000 y 24.000 euros anuales. Sin embargo, la empresa está contratando a nuevos empleados con sueldos considerablemente más altos. Por ello, estas movilizaciones buscan exigir que los salarios se equiparen con el mercado actual, lo que permitiría retener al personal experimentado y fortalecer una plantilla cada vez más precarizada.
Desde el inicio del conflicto, el comité de huelga se ha reunido con la empresa en cuatro ocasiones, «pero solo se ha obtenido un compromiso de revisión por parte de esta, sin garantías de cambios ni mejoras concretas», explican a ESTRELLA DIGITAL. Las propuestas de la empresa han sido consideradas insuficientes por los trabajadores, quienes, a través de asambleas, deciden de manera colectiva continuar con las movilizaciones.
Se están organizando concentraciones periódicas en la entrada de la empresa, «y se intensificarán las protestas hasta que se encuentre una solución al conflicto«, añaden. Cabe destacar que las reivindicaciones afectan a unas 150 personas en un centro con más de 1.500 trabajadores, lo que supone un impacto económico limitado para la empresa, especialmente teniendo en cuenta «los beneficios que continuamente proclaman».
Exigencia de tomar medidas concretas
Mejoras salariales y revalorización de las categorías profesionales. Estas demandas son consideradas esenciales para reducir la brecha entre los altos beneficios de la empresa – que cerró los primeros nueve meses de 2024 con un beneficio de 184 millones de euros, un 26% más que en el mismo periodo del año anterior – y las condiciones laborales de una parte significativa de la plantilla. Además, la huelga ya está afectando a programas estratégicos como la Fragata F110, el caza Eurofighter y el helicóptero NH90, poniendo en riesgo tanto las entregas como el desarrollo de estos proyectos clave para la industria nacional de defensa, informan desde CGT.
La decisión de intensificar las movilizaciones fue tomada de forma unánime en una asamblea reciente, reflejando el creciente apoyo entre los trabajadores. Además, se observa un aumento del interés por parte de empleados de otros departamentos de Indra en sumarse a la huelga, lo que podría ampliar el alcance del conflicto.
Los trabajadores reiteran su disposición al diálogo y urgen a la dirección de Indra y a la SEPI a tomar medidas concretas que permitan una resolución satisfactoria. Con esta concentración, la plantilla busca enfatizar la necesidad de encontrar soluciones que equilibren la sostenibilidad de los proyectos estratégicos con unas condiciones laborales justas y dignas para todos los empleados.