Según Carlos Cañete en su tesis doctoral, (revisión de 2013) La idea de un origen común de las comunidades peninsulares y las norteafricanas fue, sin duda, un paradigma de amplia y prolongada repercusión. Según Eduardo Arroyo y Eva Fernández, La presencia de restos humanos de personas adultas en el yacimiento ibérico del Puig de la Nau de Benicarló, ha permitido la identificación del ADNmt correspondiente, a través del cual se ha constatado la pertenencia de los individuos analizados al haplogrupo V que se encuentra actualmente en el País Vasco y en Escandinavia. Es decir que los vascos son eso; Iberos(vacceos) y El euskera (vascuence) proviene de una lengua africana. Luego hablaremos del origen del Catalán, Valenciano y Balear, así como de los galaicoportugueses, todos Iberos mezclados con celtas, y otras tribus bárbaras invasoras como los godos, todos finalmente romanizados, lo que tiene un enorme interés, dada la actual tendencia extra periférica e independentista de Catalunya, Euzkadi y Galicia que se intenta basar en diferencias etnográficas o lingüísticas sin la menor base científica, producto de la locura de los políticos de fines del S. XIX influidos por el auge de los nacionalismos y la perversa psicología actual, de que su hecho diferencial, les transformas en seres superiores, tan corrientemente visto en el lenguaje común, en los chistes y en los derechos de soberanía, que tienen hasta el Viva a Cartagena.
Los iberos o íberos fueron como llamaron los antiguos escritores griegos a las gentes del levante y sur de la península ibérica, para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. De estos pueblos escribieron Hecateo de Mileto, Heródoto, Estrabón o Rufo Festo Avieno, citándolos con estos nombres, al menos desde el siglo VI a. C.: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelani, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos. Geográficamente, Estrabón y Apiano denominaron Iberia al territorio de la península ibérica. Con una base común la palabra ber e ber que dio nombre al rio Ebro y a Iberia. Estos pueblos procedentes del Atlas africano y probablemente del África subsahariana 10.000 años A.C, colonizan la península a través del estrecho de Gibraltar
El euskera procede del dogón, uno de los idiomas hablados en Mali, según un estudio lingüístico realizado por” El euskera procede del dogón”, uno de los idiomas hablados en Malí, según un estudio lingüístico realizado por el profesor Jaime Martín, que comparó 2.274 palabras de ambos idiomas encontrando semejanzas en el 70% de ellas. Martín, licenciado en Filología Románica y durante cuarenta años profesor numerario de Lengua y Literatura en el Instituto Cervantes de Madrid, ha dedicó doce años a comparar el euskera y el dogón, tanto la estructura lingüística como el vocabulario. Su conclusión, resumida en el estudio Un enigma esclarecido: el origen del vasco es que el dogón -hablado actualmente por unas 300.000 personas en el país subsahariano situado entre Argelia y Mauritania- es la lengua originaria del euskera.
Según explicó «como soy filólogo, sentía curiosidad por el euskera», comentó. Hace unos años leyó una tesis sobre el dogón de la francesa Geneviève Calame-Griaule, la hija de Marcel Griaule, el mayor experto sobre este pueblo, y fue en esa lectura cuando «desde las primeras palabras» observó que había «similitudes entre ambos idiomas en la forma y el significado». Decidió investigar aplicando los criterios científicos, porque el parecido «no podía ser casualidad». Para ello, comparó la estructura lingüística y el vocabulario. Sobre la primera, el dogón y el euskera coinciden en el orden de colocación en las frases, con el sujeto al principio, el verbo al final -la gran diferencia con las latinas- y el objeto directo en el centro. También el demostrativo va después del nombre, cuando en latín y castellano va delante. «Me llevé una sorpresa», confesó. Difieren en que el euskera conserva las declinaciones, que el dogón no tiene. Sobre el vocabulario, ha comparado 2.274 palabras de ambas lenguas, con un resultado de 1.633 pares de semejanza, lo que representa un 70% del total. Según el autor, la lingüística comparativa dice que a partir del 50% de semejanza se puede hablar de parentesco.
No es el primero que busca comparaciones del euskera con otras lenguas. Sin embargo, Koldo Mitxelena rechazó la vinculación del euskera con lenguas africanas. Jaime Martín Martín se puso en contacto con el servicio de difusión del euskera de la UPV y la editorial Auñamendi para presentarles su estudio, pero sin éxito. Entonces en 2013, su idea era contactar con Euskaltzaindia o con los filólogos interesados porque Martín defiende que ha tratado de realizar una investigación lingüística rigurosa, sin ideas prefijadas, y no tiene «ningún inconveniente» en contrastarla.
En su libro Un enigma esclarecido: el origen del vasco Tapa blanda – 23 mayo 2021. Ha comparado 2.300 palabras de ambos idiomas encontrando semejanzas en el 70 por ciento de ellas. Martín, licenciado en Filología Románica, fue durante 40 años profesor numerario de Lengua y Literatura en el Instituto Cervantes de Madrid. Y dedic-o 12 años a comparar el euskera y el dogón, tanto en su estructura lingüística como en su vocabulario El euskera procede del dogón, uno de los idiomas hablados en Malí, según un estudio lingüístico realizado por el profesor Jaime Martín, que ha comparado 2.274 palabras de ambos idiomas encontrando semejanzas en el 70% de ellas. Martín, licenciado en Filología Románica y durante cuarenta años profesor numerario de Lengua y Literatura en el Instituto Cervantes de Madrid, ha dedicado doce años a comparar el euskera y el dogón, tanto la estructura lingüística como el vocabulario. Su conclusión, resumida en el estudio Un enigma esclarecido: el origen del vasco es que el dogón -hablado actualmente por unas 300.000 personas en el país subsahariano situado entre Argelia y Mauritania- es la lengua originaria del euskera.
Según explicó «como soy filólogo, sentía curiosidad por el euskera», comentó. Hace unos años leyó una tesis sobre el dogón de la francesa Geneviève Calame-Griaule, la hija de Marcel Griaule, el mayor experto sobre este pueblo, y fue en esa lectura cuando «desde las primeras palabras» observó que había «similitudes entre ambos idiomas en la forma y el significado». Decidió investigar aplicando los criterios científicos, porque el parecido «no podía ser casualidad». Para ello, comparó la estructura lingüística y el vocabulario. Sobre la primera, el dogón y el euskera coinciden en el orden de colocación en las frases, con el sujeto al principio, el verbo al final -la gran diferencia con las latinas- y el objeto directo en el centro. También el demostrativo va después del nombre, cuando en latín y castellano va delante. «Me llevé una sorpresa», confesó. Difieren en que el euskera conserva las declinaciones, que el dogón no tiene. Sobre el vocabulario, ha comparado 2.274 palabras de ambas lenguas, con un resultado de 1.633 pares de semejanza, lo que representa un 70% del total. Según el autor, la lingüística comparativa dice que a partir del 50% de semejanza se puede hablar de parentesco.
No es el primero que busca comparaciones del euskera con otras lenguas. Sin embargo, Koldo Mitxelena rechazó la vinculación del euskera con lenguas africanas. Jaime Martín se puso en contacto con el servicio de difusión del euskera de la UPV y la editorial Auñamendi para presentarles su estudio, pero sin éxito. Ahora, su idea es contactar con Euskaltzaindia o con los filólogos interesados porque Martín defiende que ha tratado de realizar una investigación lingüística rigurosa, sin ideas prefijadas, y no tiene «ningún inconveniente» en contrastarla.
Su conclusión, resumida en el estudio «Un enigma esclarecido: El origen del vasco», es que el dogón –hablado actualmente por unas 300.000 personas en el país subsahariano situado entre Argelia y Mauritania– es la lengua originaria del euskera. Según ha explicado “Como soy filólogo, sentía curiosidad por el euskera» Hace unos años leyó una tesis sobre el dogón de la francesa Geneviève Calame- Griaule, la hija de Marcel Griaule, el mayor experto sobre este pueblo, y fue en esa lectura cuando «desde las primeras palabras», observó que había «similitudes entre ambos idiomas, tanto en la forma como en el significado». Y decidió investigar aplicando criterios científicos, porque el parecido «no podía ser casual». Para ello, comparó la estructura lingüística y el vocabulario. Sobre la estructura lingüística, el dogón y el euskera coinciden en el orden de colocación en las frases: Con el sujeto al principio, el verbo al final –la gran diferencia con las latinas– y el objeto directo en el centro.
También el demostrativo (este, ese) va después del nombre, cuando en latín y castellano va delante. «Me llevé una gran sorpresa», confesó. Sin embargo, difieren en que el euskera conserva las declinaciones, mientras que el dogón no tiene declinaciones. Sobre el vocabulario, ha comparado 2.300 palabras de ambas lenguas, con un resultado de 1.600 pares de semejanza, lo que representa un 70 % del total.
Según el autor, la lingüística comparativa dice que a partir del 5 % de semejanza se puede hablar de «parentesco» entre dos lenguas. Veamos 10 ejemplos de palabras casi idénticas: bede/bide «camino» en dogón y euskera, respectivamente; soro/soro «tierra agrícola»; beri/bero «caliente»; gara/garai «alto»; bana/banandu «separar»; gogoro/gogortu «aferrarse»; kwiye/kuia «calabaza»; pipilu/pipil «capullo»; togi/toki «lugar»; kose/gose «hambre». También encontró palabras en euskera compuestas por dos vocablos del idioma dogón. Por ejemplo, senide «hermano», que en dogón es sani de. Además, observó una mayoría de vocablos que eran más antiguos en dogón que en euskera. Todo ello le ha llevado a sostener que el dogón es la lengua originaria del vasco.
Según su teoría, la desertización del África subsahariana llevó hace siglos a los pueblos que allí vivían a emigrar hacia la Península Ibérica y la cuenca mediterránea, como he afirmado antes. Y esto explica la expansión de los vocablos. Con seguridad no hay en el mundo lengua que haya suscitado más interés y curiosidad por parte de lingüistas y filólogos que el euskera dice en su libro aparecido en 2023. Desde hace más de dos siglos y medio, han venido surgiendo hipótesis y estudios sobre el parentesco o el origen de esta lengua, sin que ninguno fuera hasta ahora concluyente. Pues bien, al euskera, antiquísima lengua envuelta en un halo de misterio, singularidad y controversia, he dedicado más de catorce años. El punto de partida fue su encuentro casual con la lengua y la cultura dogón hacia 1982, por medio de la magnífica obra Ethnologie et Langage. La parole chez les Dogon, de Geneviève Calame-Griaule, como hemos dicho antes. De su lectura aprendió, entre otras muchas cosas, que pocos pueblos antiguos han tratado la palabra con más amor y primor que el dogón. La primera vez que tomó contacto con el vocabulario y la lengua dogón (que es la sexta lengua más hablada en Mali, en la zona subsahariana del África occidental) tuvo la impresión de que se parecía levemente al vasco. Y lo que empezó siendo sólo un cotejo lingüístico por curiosidad, se transformó, con el paso del tiempo, en una lenta pero constante labor de anotación y comparación léxica entre las dos lenguas. A medida que avanzaba, las semejanzas aumentaban considerablemente. Entonces decidió plantearse la investigación desde una doble perspectiva, léxica y estructural, una vez convencido de que nada impedía comparar entre sí dos lenguas vivas que tienen formas atestiguadas. Creo, también, que uno ha de acercarse al estudio de una lengua sin ideas preconcebidas y sin prejuicios de ninguna clase, sean étnicos, socioculturales o lingüísticos. Por otra parte, la Lingüística Comparada sostiene que las semejanzas léxicas deben confirmarse con semejanzas estructurales, con el fin de proporcionar fundamento sólido a una comunidad de origen. Para el estudio del vocabulario eligió el método léxico-estadístico de M.Swadesh y opto por la tipología de J.Greenberg basada en el orden de palabras, para determinar similitudes estructurales. En ambos casos los resultados de su estudio aportan evidencia, con pruebas válidas y suficientes, de que el vasco tiene, con absoluta certeza, un pariente próximo que es el dogón. Por consiguiente, el euskera, considerado hoy el idioma más antiguo de Europa no es, en su origen, europeo, sino africano. Las afirmaciones de que el vasco es una lengua aislada, independiente, única, inclasificable genealógicamente, es decir, sin parientes con semejanzas visibles, son definitivamente infundadas.
Naturalmente la península fue conquistada por Roma, cuyo latín vulgar, dio lugar al castellano, el más cercano al ibero y al vasco, al catalán, valenciano y balear que se hablaban ya en esas áreas antes de la conquista de Jaime I mucho más nasales pues provenía del retoromano, se han encontrado cartas de judíos de Denia escritas en valenciano en el S.X. La conquista no llega por Aragón hasta 1238, por lo que deben considerarse lenguas distintas, según el diccionario Catalá-valencia-balear de Costa y Llobera, terminado por el valenciano Sanchis Guarner y el menorquín Francisco de Borja Moll a los que personalmente ayude haciendo fichas en mi juventud en Mallorca en el Estudio General Luliano. Para mayor inri catalán significa simplemente castellano, y esa lengua coincide con la Langue d´Oc que entonces era Aragón, pues Rosellón y Cerdaña eran de la Sra de Montpellier madre de Jaime I y esposa de Pedro muerto en Muret defendiendo a sus súbditos albigenses de la cruzada católica de Simón de Monfort en nombre de san Luis rey de Francia.
Los Iberos escribían en signario íbero nororiental y en signario íbero suroriental, que no se han logrado descifrar y solo ha sido posible conocer la lengua a través de los bronces de Botorrita, una serie de planchas de bronce del siglo I a. C. encontradas en Contrebia Belaisca, en Cabezo de las Minas, cerca de la actual Botorrita, en las proximidades de Zaragoza. El yacimiento de Contrebia Belaisca ha producido cuatro bronces, tres de ellos en escritura paleohispánica (lengua celtíbera) y otro en escritura latina (el cual es legible sin demasiadas dificultades). Otra piedra de Rosseta es el plomo de la Serreta (Alcoy) en Alfabeto greco-ibérico. Es decir que no solo todos descendemos de los iberos, sino que los vascos no son otra cosa. En Alicante existe la sierra de Aitana ( de Aita= padre y ana= Madre) tanto en vasco como en indoeuropeo y protoindoeuropeo y origen de la diosa Diana( Denia) la madre, representada muchas veces en las famosas vírgenes negras descubiertas por los medievales, ahumadas por el culto en cavernas y ámbitos cerrados de piedra. De forma que menos monos que todos somos hermanos de sangre, al fin y al cabo, toda la humanidad, procedemos de la común y africana Eva mitocondrial.