Miriam Cabrera ha sido una víctima de su agresor que era su expareja y que estuvo a punto de morir, tras ser apuñalada en tres ocasiones con heridas de 15 cm, además de ser degollada con la tráquea abierta, en Icod de los Vinos (Tenerife).
Su relato es estremecedor ya que según ella confiesa tuvo que hacerse la muerta sin inmutarse a pesar de las patadas que recibía en el hígado y en las costillas para comprobar si realmente estaba muerta.
Todo ello lo hizo para salvar la vida de su hijo de 12 años, porque su maltratador le dijo que le haría lo mismo al menor cuando volviese del colegio, ya que el objetivo del asesino era también deshacerse del pequeño para que no diese la voz de alarma.
Su historia la ha contado en el programa «Hablando Claro» de Televisión Española, coincidiendo hoy 25 de noviembre con el Día Contra la Violencia de Género, en una entrevista realizada por la presentadora Lourdes Maldonado. Como ella misma confiesa, ha recibido mucha ayuda de su madre, ya que sin ella la vida no hubiera sido la misma.
Ha tenido que ser operada varias veces, con numerosas cicatrices físicas en el cuerpo pero también psíquicas. Lleva una malla de 20×30 cm en la pared abdominal y ya no puede hacer ejercicio a pesar de que antes de esta pesadilla, era una corredora profesional.
El asesino ha sido condenado a 16 años de cárcel aunque Miriam no piensa en el día que salga de la cárcel, porque si no no podría dormir por las noches. Como ella misma confiesa, no se dio cuenta de que estaba siendo maltratada aunque su expareja era muy celosa y controladora.
Le revisaba el móvil, no le dejaba quedar con nadie, ni tener redes sociales. Al ver como era su actitud le pidió que se fuera de casa porque no quería que su vida fuera así ni la de su hijo, a pesar de que solo llevaban 2 meses conviviendo juntos.
En venganza de ello, su agresor intentó asesinarla y afortunadamente sobrevivió para contarlo. Está estudiando 4º de Derecho y hace terapias, aunque todavía sigue con la medicación, la hipoterapia le ha servido para disminuir el consumo de ansiolíticos. Tuvo que volver a pasar por el quirófano, la última vez hace un mes. Actualmente recibe una pensión de poco más de 460 euros y con eso paga la hipoteca para que no la desahucien.
Está teniendo que salir adelante por la fuerza que desprende y con la ayuda de su familia y amigos. Tiene ganas de ayudar a otras personas que puedan sufrir lo que ella misma padeció, volver algún día a montar a caballo, ver crecer a su hijo y ser feliz, porque como ella reconoce «soy una persona sencilla».