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Muere Mario Vargas Llosa a los 89 años: adiós a un gigante de la literatura

El escritor peruano ha fallecido en Lima, rodeado de su familia, y sin ceremonia pública, como él deseó. Su obra, galardonada con el Nobel, permanece como uno de los legados más influyentes de la literatura en español
Mario Vargas Llosa / Archivo
Mario Vargas Llosa / Archivo

Mario Vargas Llosa ha fallecido este domingo a los 89 años en su residencia de Lima, tal y como han confirmado sus hijos a través de un emotivo comunicado difundido en la red social X. El Premio Nobel de Literatura, considerado el último gran representante del ‘boom’ latinoamericano, ha muerto acompañado por sus familiares, en la intimidad y sin honores públicos, como era su voluntad.

Una despedida en silencio

Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”, han expresado Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas Llosa en un mensaje compartido de forma conjunta. Además, han indicado que no habrá ninguna ceremonia pública, y que sus restos serán incinerados, siguiendo sus instrucciones.

La familia ha pedido respeto a su deseo de privacidad: “Confiamos en tener el espacio para despedirlo en familia y con sus amigos más cercanos”, han señalado. Sus palabras, cargadas de emoción, también subrayan que Vargas Llosa “gozó de una vida larga, múltiple y fructífera” y deja “una obra que lo sobrevivirá”.

Un legado monumental

Desde que en 1963 publicó La ciudad y los perros, su primera novela, Mario Vargas Llosa no dejó de construir una trayectoria literaria apabullante. Le siguieron obras imprescindibles como La casa verde, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo, Lituma en los Andes o la célebre La fiesta del Chivo. También alcanzó el éxito con Travesuras de la niña mala y su última novela, publicada en 2023: Le dedico mi silencio.

El escritor, que también fue ensayista, dramaturgo e incluso candidato a la Presidencia de Perú, destacó por una disciplina férrea y una enorme versatilidad. En teatro compartió escenario con Aitana Sánchez-Gijón, encarnando al mítico Ulises. Y como ensayista, firmó títulos fundamentales como La tentación de lo imposible o El viaje a la ficción.

Una vida marcada por el conflicto paterno

La figura de su padre marcó su biografía personal y literaria. Un hombre autoritario, que se opuso a su vocación, fue quien lo obligó a ingresar en el colegio militar Leoncio Prado. Aquella experiencia quedó reflejada en La ciudad y los perros, una obra que revolucionó la narrativa en español y fue tildada de “comunista” en su momento.

Su formación universitaria comenzó en Lima y prosiguió en Madrid, donde obtuvo su doctorado. Luego vinieron París, Londres, Barcelona… y una intensa vida que osciló entre el compromiso político, la escritura y el periodismo. Vargas Llosa nunca dejó de trabajar, ni siquiera en sus últimos años, cuando ya residía de nuevo en Lima, en el bohemio distrito de Barranco.

Último pilar del boom

Con su muerte, se apaga la voz del último gran pilar del ‘boom’ latinoamericano, ese movimiento literario que cambió la historia de las letras en español en los años 60 y 70. Vargas Llosa, junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, formó parte de un fenómeno que trascendió fronteras y sacudió el panorama editorial europeo desde Barcelona.

Las tensiones también marcaron ese movimiento: el famoso puñetazo que Vargas Llosa propinó a García Márquez en 1976 supuso la ruptura definitiva entre ambos y el fin simbólico del ‘boom’. Nunca volvieron a hablarse. Las causas del desencuentro permanecen aún hoy en el terreno de la especulación.

También político, también polémico

En los años 80, Vargas Llosa se involucró en política. Fue candidato a la presidencia del Perú, enfrentándose a Alan García, y más tarde se posicionó abiertamente contra el secesionismo catalán. Obtuvo la nacionalidad española en 1993, y en 2023 se convirtió en el primer escritor de habla hispana en ingresar en la Academia Francesa.

Galardonado con el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y el Planeta, entre muchos otros, deja una de las obras más sólidas y reconocidas de la literatura contemporánea. Su producción abarcó todos los géneros, y su influencia alcanzó a varias generaciones de escritores y lectores.

Una despedida sin aplausos

Tras conocerse la noticia, instituciones como el Gobierno peruano, el Congreso y la Presidencia han expresado su pesar por la pérdida. Sin embargo, y pese al impacto internacional, no se ha organizado ningún acto público. Apenas unos pocos seguidores se acercaron a su casa para rendir homenaje.

Vargas Llosa lo había dejado claro: quería irse en silencio. Y así ha sido. Sin ceremonias, sin titulares grandilocuentes, pero con una certeza incuestionable: su obra seguirá hablando por él durante generaciones.