El Pleno del Ayuntamiento de Valencia ha aprobado las fichas urbanísticas del Estadio Nou Mestalla, con los únicos votos en contra de Vox, socio del gobierno municipal y, cuyo portavoz, Juanma Badenas, ha incidido hoy en que no había necesidad de reconocer estos derechos tras conocerse que el campo no va a ser sede del Mundial 2030. El respaldo ha sido por parte de 28 de los 32 ediles que forman el consistorio, pero a pesar del acuerdo, el ejecutivo no se ha librado de las críticas de la oposición.
Recordemos que fueron PP, PSOE y Compromís los que llegaron a un acuerdo para llevar adelante esta moción hace unos días. En caso de no haberse aprobado, el dueño del Valencia, Peter Lim, habría tenido a partir del 3 de agosto los derechos urbanísticos, pero sin necesidad de acabarlo, sin condiciones y sin garantías, como ha afirmado el portavoz del PSPV-PSOE, Borja Sanjuán. No obstante, ellos, junto a Compromís, han hecho alusión a que la iniciativa ha sido de estos grupos de la oposición y han calificado la actitud de la alcaldesa María José Catalá de «altamente reprobable». Precisamente, porque el anterior gobierno le dejó esta licencia preparada y han tardado un año en acometerla, según Papi Robles, portavoz de Compromís. Era «elegir entre lo malo y lo menos malo», ha añadido el socialista.
La decisión mira por el interés de los valencianos, según el concejal de Urbanismo, Juan Giner, quien también ha destacado que ahora son unas fichas urbanísticas «endurecidas» gracias al consenso mayoritario y a un ejercicio de responsabilidad con «el sometimiento a la ley y el derecho». Ante algunas declaraciones de la oposición en las que se afirmaba que Catalá se había encontrado con directivos del Valencia, el edil ha afirmado que no se han dado «reuniones secretas».
Las condiciones exigidas
Entre los meses de septiembre y octubre, se llevará a cabo una auditoría externa para conocer el coste que va a suponer el Nou Mestalla y que Lim se haga cargo de ello para que «no deje al Valencia en bancarrota», como ha comentado Robles.
En la sesión ordinaria del día de hoy, también se ha aprobado una enmienda en la que se incluye la instalación de una cubierta fotovoltaica en el estadio, la capacidad para 70.000 personas, la actuación sobre la chimenea, y la puesta en valor de los restos arqueológicos. Además, se blindarán los usos que pueda tener el propio Ayuntamiento de Valencia sobre el campo y que el club cumpla con el coste del polideportivo del barrio de Benicalap.
El club no podrá materializar los derechos urbanísticos si no asegura el cumplimiento de sus obligaciones. Si se incumplieran los plazos de ejecución de la obras establecidos en la licencia, el Valencia deberá presentar el 100% del aval de las obras restantes, y en caso de no cumplirse quedará invalidado el planeamiento previsto en el Plan de Actuación Estratégica.
17 años parado
Era agosto de 2007 cuando el Valencia CF iniciaba la construcción del Nou Mestalla con la previsión de que el equipo jugará la temporada 2009-2010 en su actual estadio. Son ya 17 años de obras paradas. Para Robles, en el año 2005 «fue una operación exclusivamente por intereses urbanísticos que, por nosotros, no se habría hecho nunca; lo mejor habría sido no moverse de Mestalla”.
Durante estos años, por el consistorio valenciano han pasado diferentes equipos de gobiernos con distintos colores políticos. Por ejemplo, en el mandato anterior estaban al frente PSOE y Compromís, que «ni caducaron la licencia, ni derogaron los derechos urbanísticos, ni aprobaron la licencia ni las fichas”, como les ha reprochado Giner.