El pasado mes de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) anunció su intención de mantener los tipos de interés en el 4,5% en el que llevan ya varios meses. Siguiendo así la senda marcada por la Reserva Federal en Estados Unidos, que tampoco ha dado todavía el paso de bajar el precio del dinero.
A mediados de 2022, la máxima institución bancaria de la Unión Europea comenzó una política de subida de los tipos de interés. El objetivo era desincentivar el consumo y que esa bajada de la demanda llevara consigo un descenso de la inflación.
Desde mediados del verano de 2023, se viene apareciendo una tendencia a la baja en la inflación, lo que ha llevado a los especialistas a vaticinar en más de una ocasión que el BCE anunciaría una rebaja de los tipos tras su siguiente reunión. Pero por el momento no ha sido así.
Las mejoras obtenidas no son suficientes
En más de una ocasión, representantes del BCE han manifestado que la medida de subir los tipos de interés está siendo de utilidad para controlar la subida de los precios, pero que no es suficiente.
La inflación todavía sigue en niveles altos, lejos del 2% que debe alcanzar la inflación subyacente para que se pueda considerar superada esta crisis inflacionista. Lo que, a juicio de los miembros de la institución bancaria, justifica el mantenimiento de los tipos de interés a un 4,5% durante algo más de tiempo.
En la última reunión, todos los miembros del Banco Central Europeo votaron por unanimidad la propuesta del economista jefe, Philip R. Lane, de mantener los tipos en el mismo nivel al que estaban. Los participantes en la reunión también se mostraron de acuerdo en que es prematuro empezar a discutir sobre los recortes de los tipos, ya que las previsiones señalan que el objetivo de bajar la inflación al 2% no se alcanzaría hasta el año que viene.
De cara a la reunión de abril tampoco se espera un cambio de tendencia, pero el mes de junio podría ser el punto de inflexión.
Los datos que estarán disponibles para el mes de junio permitirán a los integrantes del BCE tener una visión mucho más completa de cómo está evolucionando el año a nivel económico dentro de la Unión Europea. Si de esta información se desprende que el proceso de desinflación está siendo sostenido, la postura del BCE podría empezar a cambiar.
El Consejo está dividido
Aunque la última decisión de mantener los tipos en el 4,5% se ha tomado por unanimidad, los miembros del Consejo de Gobierno del BCE no tienen una postura uniforme sobre el devenir de la economía.
Isabel Schnabel, miembro del Consejo, confirmó hace unas semanas al Financial Times que la inflación podría volver a repuntar. Mientras que Fabio Panetta, director del Banco Central Italiano, ha manifestado en alguna ocasión que el momento de bajar los tipos de interés se acerca, porque la inflación en la eurozona está cayendo más deprisa de lo que se esperaba.
Tras unos meses de descenso, la inflación en la eurozona volvió a repuntar en diciembre de 2023. Lo que ha servido como argumento para que el BCE mantenga los tipos estables en el comienzo del año. Por el contrario, en los últimos tres meses, la inflación se ha reducido. Incluso la inflación subyacente mantiene la senda descendente desde hace ya algunos meses.
Para el Banco Central Europeo, el proceso desinflacionista sigue siendo accidentado y frágil, y se ve afectado por fenómenos como las tensiones en el Mar Rojo, que están afectando al comercio a nivel mundial y haciendo que los precios de los productos aumenten, lo que justifica una política monetaria restrictiva como la actual. Christine Lagarde, presidenta de la institución, ha dejado claro en más de una ocasión que el proceso de desinflación tiene que avanzar más para que el BCE entienda que es sostenible y se plantee bajar los tipos de interés.
En mayo no hay reunión del BCE, por lo que los economistas creen que es posible que sea a partir del mes de junio cuando empiecen a darse movimientos dentro de la política monetaria. No obstante, advierten que, en caso de llegar de cara al verano, el recorte de los tipos de interés será moderado, porque la bajada se hará igual que la subida, de forma gradual.