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Volatilidad en los precios y congestión en los puertos: el día a día del transporte marítimo

El "Día de la Liberación", y los aranceles anunciados a nivel global por Donald Trump durante esa jornada, han sumido el comercio global en un caos. Las empresas tienen que afrontar ahora un escenario de costos volátiles en el transporte marítimo y la congestión de los puertos.
Foto: Pixabay
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Las redes de comercio global son un entramado complejo y delicado que ahora mismo está sufriendo grandes turbulencias.

Aunque el presidente de Estados Unidos ha dejado en suspenso sus aranceles (salvo para China) durante 90 días, la preocupación de los especialistas en cadenas de suministro está en aumento.

Ante la perspectiva de que los aranceles se apliquen dentro de unas semanas, las empresas están tomando medidas sobre abastecimiento que están trastocando el funcionamiento del transporte marítimo de mercancías.

Los fletes no paran de subir

Las tarifas promedio de envío spot entre China y la costa este de los Estados Unidos subieron el pasado 1 de abril un 9 %, situándose en 322 dólares por FEU, una unidad de 40 pies de longitud (12,192 metros). 

En la costa este el envío estándar aumentó un 16 %, hasta situarse en 383 dólares por FEU.

A corto plazo se espera que las tarifas de transporte marítimo spot se mantengan voláticas. En cambio, los analistas señalan que a largo plazo podría haber una caída, porque se espera un freno en la demanda de fletes entre Estados Unidos y China.

Los aranceles han llegado en un momento en el que los contratos anuales de transporte a largo plazo están en renovación, ya que se suelen negociar en los meses de marzo y abril para entrar en vigor el 1 de mayo. Ante la situación actual, muchas empresas están recurriendo más al mercado spot, mientras valoran si les compensa cerrar contratos a largo plazo, porque las rutas comerciales actuales quizá no sean rentables para ellos dentro de unas semanas.

Un problema que podría agravarse

La Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR, por sus siglas en inglés), propuso hace algunas semanas imponer unas altas tasas portuarias, aproximadamente un millón de dólares por escala, a los buques construidos en China o gestionados por empresas chinas que atraquen en los puertos estadounidenses.

Esta propuesta generó una fuerte respuesta negativa por parte de las propias navieras y de empresas de diferentes rubros, que alegan que esto afectaría a las exportaciones agrícolas estadounidenses y provocaría un importante aumento de precios que debería soportar el consumidor estadounidense.

Por el momento la USTR está reconsiderando su propuesta, lo que aumenta la incertidumbre en los mercados globales.

Congestión en los puertos

Aunque los aranceles impuestos a países que no son China todavía tardarán unas semanas en entrar en vigor, su efecto ya se está dejando notar en los puertos.

En Europa, fabricantes de automóviles como Jaguar Land Rover en Gran Bretaña, y Audi en Alemania, han detenido de forma temporal sus exportaciones a Estados Unidos.

Situación que ha provocado una acumulación de automóviles en el puerto de Bremerhaven, en la costa alemana del Mar del Norte. BLG, empresa propietaria del puerto, ha destacado que están experimentando "un ligero aumento en el stock de exportaciones" en la terminal, pero señala que sigue teniendo espacio libre y que puede llegar a almacenar hasta 82.000 unidades.

La reestructuración del mercado

La guerra comercial lanzada por Trump está teniendo consecuencias a nivel global.

Las empresas estadounidenses que importan de China están ya buscando fuentes alternativas para abastecerse. De igual manera, los países que compran productos en Estados Unidos también se han interesado por otros mercados en los que comprar, además de en los que vender sus propios productos.

Establecer la red de cadenas de suministro actual ha llevado décadas, y reestructurar completamente el mercado global puede llevar años. Porque, tal y como señalan los especialistas, no se trata simplemente de buscar un nuevo proveedor.

Desde la Chartered Institute of Export & International Trade señalan que la estrategia a medio plazo que van a seguir muchas empresas es reducir su exposición al mercado estadounidense y buscar una mayor expansión en otros mercados. Una desviación que es posible que se dé de forma masiva.

El problema de Europa

Esta desviación en el comercio mundial preocupa especialmente a los países de la Unión Europea, porque Europa está en riesgo de convertirse en el mercado predilecto para que China "coloque" todo su excedente de producción que ya no va a vender en Estados Unidos.

Un dumping de productos podría ser beneficioso para los consumidores a corto plazo, porque los precios serían más bajos. Sin embargo, este fenómeno puede tener consecuencias a largo plazo sobre el sector industrial y manufacturero europeo, haciendo aumentar el desempleo y reduciendo el PIB de los Estados miembro.