El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado una nueva reducción de los tipos de interés en 25 puntos básicos, situando la tasa de depósito en el 2,5 %.
Esta es la quinta rebaja consecutiva desde que la entidad anunciara su primera rebaja del precio del dinero en junio de 2024, tras dos años de subidas para intentar paliar la inflación.
Un contexto económico desafiante
Las proyecciones prevén un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,9 % para 2025 y del 1,2% para 2026, cifras que evidencian una ralentización en comparación con los años anteriores. Este estancamiento se atribuye a la caída en las exportaciones y a una inversión empresarial debilitada como consecuencia de la incertidumbre económica global.
En este escenario de desaceleración económica, el BCE ha justificado la medida adoptada:
«Debemos garantizar condiciones financieras favorables para sostener la recuperación económica», ha declarado Christine Lagarde, presidenta del BCE. «La reducción de los tipos de interés permitirá aliviar la carga financiera sobre las empresas y los hogares, incentivando el crédito y la inversión».
En los últimos meses la inflación en la eurozona ha mantenido una tendencia a la baja. Actualmente, se sitúa en el 2,3 % y se espera que continúe descendiendo en los próximos meses, acercándose al objetivo del 2 % fijado por el BCE.
Es precisamente la moderación de la inflación la que ha proporcionado al organismo margen para aplicar la medida de bajada del precio del dinero.
La decisión del BCE
La reducción de 25 puntos básicos deja los tipos de interés en los siguientes niveles:
- Facilidad de depósito: 2,5 %
- Operaciones principales de financiación: 2,65 %
- Facilidad marginal de crédito: 2,9 %
Estas tasas entrarán en vigor el 12 de marzo de 2025. Sin embargo, la decisión no ha estado exenta de debate dentro del Consejo de Gobierno del BCE. Algunos miembros del organismo consideran que la política monetaria expansiva debe mantenerse para consolidar el crecimiento, mientras que otros alertan sobre los riesgos de reducir demasiado el margen de maniobra del BCE en caso de un repunte inflacionario inesperado.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha señalado que «aunque los datos actuales respaldan este ajuste, seguiremos vigilando la evolución de la inflación y el crecimiento para determinar la necesidad de futuras medidas».
En el seno del Consejo de Gobierno, algunos economistas han expresado su preocupación sobre el impacto de una política de tipos bajos en los márgenes bancarios y la sostenibilidad de los sistemas de pensiones. «Es crucial que estas decisiones se acompañen de políticas estructurales que fomenten la inversión y la productividad«, ha comentado Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.
Por otro lado, fuentes cercanas al BCE afirman que la mayoría de los miembros votaron a favor de la medida, convencidos de que, sin un estímulo adicional, la recuperación de la economía europea podría verse comprometida en un contexto de desaceleración global y tensiones geopolíticas.
Impacto en los mercados
La decisión del BCE ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. Tras el anuncio, el euro ha experimentado una leve depreciación frente al dólar, situándose en 1,08 USD por euro, lo que podría beneficiar a las exportaciones europeas al hacerlas más competitivas en el exterior.
Por otro lado, los rendimientos de los bonos soberanos de la eurozona han registrado ligeras caídas, reflejando el optimismo de los inversores respecto a un entorno de tipos de interés más bajos que favorezca la financiación de empresas y Estados.
En el sector bancario, la reacción ha sido mixta. Mientras algunas entidades valoran positivamente la reducción del coste del crédito, otras advierten que los márgenes de rentabilidad pueden verse afectados en un entorno de tipos de interés bajos durante un periodo prolongado.
«Este recorte beneficia a las empresas y a los consumidores, pero debemos vigilar el impacto en los ahorros y la rentabilidad bancaria», ha afirmado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE.
Los analistas prevén que el BCE continúe con su estrategia de reducción de tipos en los próximos meses si las condiciones económicas no mejoran significativamente.
«Estamos preparados para ajustar nuestras políticas según sea necesario», ha insistido Lagarde, subrayando que el BCE mantendrá su enfoque basado en los datos para garantizar la estabilidad económica de la eurozona en todo momento.