La intensidad del conflicto bélico entre Israel y Hezbolá ha vuelto a golpear a los cascos azules de la ONU. Esta misma noche otro militar de la Misión de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés) ha resultado herido, esta vez como consecuencia de «disparos debido a la actividad militar en curso en las inmediaciones», según un comunicado difundido por la propia UNIFIL.
En él se detalla que el militar (cuya nacionalidad no ha sido revelada) «fue operado» en el hospital de la UNIFIL en Naqoura (donde está el Cuartel General de la misión y donde se ha producido el incidente) «para extraer la bala», y que «actualmente se encuentra estable».
Desde UNIFIL aseguran que «todavía» no saben «el origen del fuego», y también han informado de que la base de la ONU en Ramyah, a 19 kilómetros de Naqoura y a 59 kilómetros de Marjayoun (donde está el contingente español desplegado en la zona), «ha sufrido daños considerables debido a las explosiones de los bombardeos cercanos».
Con este nuevo incidente, el tercero en tres días, ya son cinco los soldados de UNIFIL que han resultado heridos por diversas circunstancias, pero todas enmarcadas en los combates entre las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, por sus siglas en inglés) y Hezbolá que se están librando precisamente en la frontera entre Israel y Líbano, en puntos próximos a las diferentes bases militares de Naciones Unidas.
«Recordamos a todos los actores -reiteran desde UNIFIL- su obligación de garantizar la seguridad del personal y las bases de las Naciones Unidas, incluida la prevención de actividades de combate cerca de las posiciones de UNIFIL».