La Fundación Dalí adquiere el que podría ser el primer retrato de Gala pintado por el artista en 1931
La Fundación Dalí ha adquirido en una subasta de Sotheby's en Nueva York, para su colección permanente, el cuadro Gala (1931), que podría ser el primer retrato que hizo el pintor ampurdanés de su musa y mujer.
A partir de una fotografía de Gala, Dalí realizó un retrato minucioso, con collage, lleno de detalles, en el que recrea el humo de un cigarro e integra su iconografía del momento, que se repite, sobre todo, en las pinturas de los años 1929 al 1931.
En esa iconografía aparecen la langosta, el pájaro, la figura del gran masturbador, las conchas, la ardilla y las hormigas, junto a Gala, con una larga cabellera.
Una Gala, ha explicado este martes el director del Teatro-Museo Dalí, Antoni Pitxot, como "mujer ideal, una Gala que nos mira fijamente, con una mirada clara".
El cuadro, que tiene el número de catálogo 278, es de dimensiones reducidas (13,9 x 9,2 centímetros) y en la parte inferior central se puede leer "Pour l'oliveta. Salvador Dali 1931". Oliveta (diminutivo de oliva) era uno de los nombres con los que Dalí llamaba cariñosamente a su musa por el óvalo de su rostro y el color de su piel.
Según Pitxot, se trata de un retrato "de delicada ejecución" y que, de acuerdo también con las reducidas dimensiones de la obra, constituye una "pequeña joya".
La musa de Dalí
Cuando en 1929 Dalí conoce a Gala Éluard, le provoca una fuerte impresión, tan intensa que a partir de ese momento no se separan nunca más, hasta la muerte de Gala el junio de 1982.
Esposa y musa de Salvador Dalí, su verdadero nombre era Elena Ivanovna Diakonova, una mujer misteriosa, transgresora, de gran intuición, que supo reconocer el genio artístico y creador donde lo había y a lo largo de su vida, como prueban sus numerosas relaciones con intelectuales y artistas, incluso antes de conocer a Dalí.
En abril de 1929, Salvador Dalí viaja a París para presentar la película que ha realizado junto a Luis Buñuel, Un chien andalou, y allí, Camille Goemans, poeta y galerista belga, le presenta a Paul Éluard.
Dalí les invita a veranear en Cadaqués y Goemans y su compañera; René Magritte y su esposa; Luis Buñuel, y Paul Éluard y Gala, con la hija de ambos, Cécile, aceptan pasar unos días en la Costa Brava.
Cuando el pintor conoce a Gala se enamora de ella y en su libro de memorias La Vida Secreta el propio Dalí escribe: "Estaba destinada a ser mi Gradiva, la que avanza, mi victoria, mi esposa".