Trump y Bukele rechazan repatriar a Kilmar Ábrego, el salvadoreño deportado por error
Trump y Bukele cierran la puerta al regreso de Kilmar Ábrego, expulsado de EE.UU. por error. Aunque la Corte Suprema ordenó facilitar su retorno, el presidente salvadoreño descarta esa opción: “No vamos a introducir un terrorista de contrabando en Estados Unidos”

La posibilidad de que Kilmar Armando Ábrego García, deportado por error desde Maryland, regrese a Estados Unidos ha sido descartada públicamente por los presidentes Donald Trump y Nayib Bukele. Durante una reunión oficial en la Casa Blanca, ambos mandatarios coincidieron en cerrar esa vía, a pesar de que la Corte Suprema estadounidense había dictaminado que su retorno debía facilitarse.
Ábrego, ciudadano salvadoreño, fue trasladado a una megacárcel de su país de origen tras un fallo administrativo de la administración Trump, un hecho reconocido por la propia Casa Blanca. Sin embargo, tanto Washington como San Salvador se han negado a dar marcha atrás.
Bukele: “No voy a hacerlo”
Interpelado sobre si consideraría repatriar a Ábrego, el presidente salvadoreño fue categórico en su respuesta:
“¿Cómo voy a introducir a un terrorista de contrabando en Estados Unidos? Por supuesto que no voy a hacerlo. La pregunta es absurda”, afirmó.
Bukele también aclaró que, aunque tiene la capacidad legal de ordenar su liberación dentro del país, no es una opción que su gobierno contemple:
“¿Quiere que volvamos a liberar criminales para que volvamos a ser la capital mundial del asesinato? Eso no va a ocurrir”, aseguró.
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— The White House (@WhiteHouse) April 14, 2025
Washington traslada la responsabilidad a El Salvador
Desde la administración estadounidense han insistido en que el regreso de Ábrego a territorio norteamericano depende exclusivamente de la voluntad de El Salvador. Así lo expresó la entonces secretaria de Justicia, Pam Bondi, quien explicó que EE.UU. está dispuesto a poner los medios necesarios, incluso un avión, para facilitar el traslado si San Salvador da su consentimiento.
“Había que hacer papeleo adicional. Eso depende de El Salvador. No depende de nosotros”, puntualizó.
El secretario general adjunto de la Casa Blanca, Stephen Miller, respaldó esa postura, recalcando que Ábrego es ciudadano salvadoreño y que corresponde a su país tomar decisiones sobre su situación. También criticó que algunos actores externos pretendan influir en los asuntos internos de El Salvador.
Cooperación migratoria
La reunión en la Oficina Oval se produce en el contexto de una política migratoria agresiva, marcada por acuerdos bilaterales que han permitido a EE.UU. deportar a cientos de personas a El Salvador. Washington sostiene que se trata principalmente de individuos vinculados a pandillas o delitos graves, aunque en muchos casos no se han presentado pruebas sólidas.
El día anterior al encuentro, el secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó el envío de otros diez presuntos pandilleros a territorio salvadoreño y elogió la alianza entre Trump y Bukele como modelo de cooperación hemisférica en materia de seguridad.
Sin embargo, el caso de Kilmar Ábrego pone sobre la mesa los límites de esa colaboración y deja en evidencia la falta de voluntad política para corregir un error administrativo que, según el máximo tribunal estadounidense, debe ser subsanado.