La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología revolucionaria que apenas está dando sus primeros pasos, pero que avanza rápidamente y que interesa especialmente a los gobiernos. Prueba de ello es que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han anunciado recientemente inversiones millonarias para potenciar su desarrollo.
La IA se encuentra con un límite físico: necesita cada vez más datos para ser eficiente y esto implica que requiere de más centros de datos que, a su vez, consumen una gran cantidad de energía y otros recursos, lo que empieza a preocupar a la población.
Triplica el consumo de energía
A finales de 2024, se publicó en Estados Unidos un informe que señalaba que la transferencia de datos necesaria para que la IA pueda funcionar ha triplicado el gasto de energía del país en la última década.
Además, preveía que ese consumo se volverá a triplicar, pero en este caso un plazo de tiempo más breve: en tres años.
Sus proyecciones indican que la cantidad de energía que hará falta será de, como mínimo 325 teravatios hora, lo que supera el consumo energético de países como España.
El informe de Schneider Electric
Uno de los informes más importantes en esta materia es el «Artificial Intelligence and Electricity: a system dynamics approach» del Sustainability Research Institute (SRI) de Schneider Electric.
El documento examina los cuatro posibles escenarios que pueden darse para el consumo eléctrico de la IA de aquí a 2025.
- Statu quo: este escenario plantea un crecimiento moderado de la IA, con un enfoque en la optimización de la eficiencia energética. En este contexto, el impacto en el consumo eléctrico sería relativamente gradual.
- Crecimiento rápido: este escenario contempla una adopción generalizada de la IA en diversos sectores, impulsando un aumento significativo en la demanda de electricidad.
- IA sostenible: combina un rápido crecimiento de la IA con un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia energética. Se prioriza el uso de energías renovables y se optimizan los algoritmos para reducir el consumo eléctrico.
- IA descontrolada: este escenario presenta un crecimiento descontrolado de la IA, sin considerar las implicaciones energéticas ni ambientales. El consumo eléctrico se dispara, generando un impacto negativo en la red eléctrica y en el medio ambiente.
Los análisis de estos escenarios de consumo de energía por parte de la IA revelan diferentes patrones de evolución. Entre 2025 y 2030 todos muestran una tendencia general al alza, después las trayectorias divergen por una combinación de factores internos y externos.
A juicio de los expertos, el escenario más deseable es el de una IA sostenible, que permitiría el desarrollo de esta tecnología sin que esto suponga problemas en cuanto al consumo de recursos.
Para avanzar hacia este modelo, el documento propone nueve principios rectores:
- Construir y optimizar centros de datos de IA de próxima generación.
- Ampliar e integrar fuentes de energía renovable y soluciones avanzadas de almacenamiento energético.
- Planificar e implementar mejoras estratégicas de la capacidad de la red eléctrica.
- Optimizar la eficiencia del software y redefinir el rendimiento del modelo de IA.
- Cuantificar, evaluar y priorizar el impacto de la IA en la sostenibilidad.
- Implementar prácticas de economía circular para hardware y software de IA.
- Desarrollar y hacer cumplir estándares de certificación de IA sostenible.
- Establecer y mantener marcos sólidos de gobernanza de la IA.
- Mejorar las habilidades de inteligencia artificial y promover la alfabetización digital.
Los centros de datos en España: en el punto de mira
España va a cumplir un importante papel en el desarrollo de la IA, dando cabida a algunos de los centros de datos de Amazon. Espacios en los que se ubican los grandes procesadores que son necesarios para el funcionamiento de la Inteligencia Artificial.
Aragón es una de las comunidades autónomas seleccionadas para la puesta en marcha de estos centros, pero la medida no ha gustado por igual a todo el mundo. De hecho, varios grupos ecologistas han presentado alegaciones en contra de la modificación de los Planes y Proyectos de Interés General que pretende llevar a cabo el Gobierno de la región para incluir en ellos la expansión de los centros de datos.
Los portavoces de la campaña «Tu nube seca mi río» reclaman a la Administración que ejerza un mayor control sobre las grandes empresas, supervisando que cumplen con la legislación ambiental; y destacan que el consumo energético e hídrico que supondrá la puesta en marcha de estos centros de datos puede tener un fuerte impacto en sectores como la agricultura.