Casi cuatro décadas de una relación que se acaba. Juan Miguel Villar Mir se ha desprendido del 7,096% de OHLA, abandonando el capital de la compañía. Adiós del fundador tras desprenderse del 7% de una empresa que es ya mexicana, pero que se queda el principal de sus acreedores, Tyrus Capital, un fondo de Mónaco que ahora es el segundo de sus grandes tenedores.
Villar Mir se va acuciado por una deuda que con anterioridad ya le obligó a perder el control de la constructora y a desgajar lentamente este imperio.
A día de hoy, 36 años después de hacerse con la empresa por una peseta, un precio más que simbólico, Villar Mir ha dejado de ser uno más en la junta. Hasta ahora tenía un 7% del capital, pero su nombre es lo que hace de OHLA la gran empresa que un día fue y que con el tiempo cayó en la desgracia. Se controla desde México, paradójicamente, donde con espíritu azteca, cedió el imperio.
Ladrillo a ladrillo, el empresario mexicano Luis Amodio está tratando, con algún éxito que otro, de reconstruir, casi que pegando desde los escombros, la grandiosidad y el esplendor que un día tuvo la centenaria Obrascón Huarte Lain.
Una historia de ladrillo, es la de OHLA, de luz y color que empezó a oscurecerse en el 2015, una vez pasada la crisis financiera y cuando se hundió en su particular ‘annus horribilis’.
¿Qué pasó entonces?
No se sabe mucho de cómo llegó a primera plana, pero en aquellos convulsos meses se filtraron unas grabaciones que revelaban una presunta trama de corrupción de OHL en Mexico después de, presuntamente, apalabrar la adjudicación de una obra en el país centroamericano.
Aquel fue el pistoletazo de salida de la lista de tramas de corrupción con la que se vincularía a la compañía. En España fue el caso Bárcenas, que se relacionó con Villar Mir, y también el caso Lezo, que se relacionó con el entonces consejero de OHL, Javier López Madrid. Entonces Juan Miguel Villar Mir, negó cualquier relación con nada de esto.
Después de esto, un fuerte desplome de las acciones de OHL culminó en la salida de la compañía del aclamado IBEX 35. Tan solo unos dias más tarde, llegaba otra noticia bomba para los inversores de OHL: Juan Miguel Villar Mir abandonaba la presidencia.
Unos meses más tarde, el capítulo Villar Mir llegaba a su fin con un cierre de lo más literario. Acababa por donde había empezado toda la polémica: México. Los Villar Mir encontraron a los Amodio, una familia de empresarios mexicanos también especializados en construcción para quedarse con las riendas de la empresa y rescatarla. Y el salvavidas, llegó.
Desde las cenizas a OHLA
OHLA revivió y en 2021 se erigió como al ‘reina’ del Mercado Continuo. En un solo ejercicio el valor se revalorizó más de un 70%. La capitalización se recuperó a la mayor velocidad de una década. Las ganancias en el parqué se situaron sobre el 60%.
La empresa ha ganado, pero perdiendo. Ha vendido todo lo que le quedaba. Los activos no estratégicos y participaciones en infraestructuras que, para ellos, cada vez tenían menores rentabilidades como el Nuevo Hospital de Tolero, Aguas de Navarra o el Hospital de Montreal, en Canadá.
Y todo esto al tiempo que los Amodio, en un afán por ‘desespañolizar’ la firma han ido firmando, uno tras otro, nuevos contratos más allá de las fronteras peninsulares hasta elevar su cartera sobre el 5%.
Los Amodio, con un 26% del capital han conseguido impulsar a una firma que si bien en su día valía más de 3.500 millones de euros y ahora apenas llega a los 540 millones, parece querer recoger nuevos impulsos al albor del extranjero.
Con una facturación, según sus últimos resultados trimestrales, superior a los 2.500 millones de euros, de los que casi 2.200 millones derivan de su división de Construcción, cerca de un 30%, es decir, 3 de cada 10 obras, proceden de adjudicaciones que, atención al dato, ninguna se firmaron en España.
Del montante, 870 millones proceden de Estados Unidos y el restante, por este orden, de la Unión Europea y una América Latina que genera más del 80% de los ingresos del grupo.
California, Los Ángeles, San Bernardino, Reino Unido, Suecia, República Checa… los tentáculos de OHLA se extienden hasta donde la vista alcanza.
¿Los resultados?
Convencen al inversor y colocan a la del Continuo sobre firmas asentadas en el selectivo como la ACS de Florentino Pérez.
En el accionariado mientras se refuerzan grandes firmas internacionales de gestión como Goldman Sachs y la alemana DWS hasta hacerse, más o menos, el 7% y 3% del capital, respectivamente. Lo que quieren es que el rally que arrancó con la constructora en 2021 se acelere en 2022.
Pero no todo lo que reluce en oro. En octubre de 2021, OHLA pedía a la SEPI, para capear la pandemia, 240 millones de euros. En mayo, viendo que no iba el negocio como querían y se decían una “empresa estratégica”, decidieron elevar el rescate encubierto a los casi 400 millones de euros.
Pero nada de esto importa, o no lo hace lo suficiente porque lo que apuntan fuentes financieras es que, hoy por hoy, OHLA está en el momento perfecto.