Por primera vez desde que a principios del siglo pasado los bomberos iniciaran la tradición de descolgar el cuadro de la Virgen de La Paloma, este domingo lo ha hecho un representante de estos profesionales sin el uniforme reglamentario a causa del conflicto laboral que mantienen con el Ayuntamiento de Madrid.
Tras una misa a la que ha asistido el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, el encargado de bajar el cuadro con ayuda de una larga escalera ha sido el presidente de la Hermandad de la Virgen de la Paloma del Cuerpo de Bomberos, Felipe García, vestido con el traje de dicha asociación.
Después de su complicada labor, en la que ha sido ayudado por una docena de miembros de la Hermandad, García, un bombero madrileño de 33 años, ha explicado a los periodistas que el conflicto que mantienen con el Ayuntamiento es lo que ha provocado que este año no haya habido voluntarios para bajar el cuadro y haya aceptado él esa «responsabilidad».
A diferencia de otros años, en los que unos cincuenta bomberos suelen participar en estas fiestas, esta vez lo han hecho una quincena y sólo como miembros de la Hermandad, ha comentado este bombero del Parque II de la calle Rufino Blanco.
Ha resaltado que normalmente el bombero que desciende el cuadro de la Virgen es un voluntario, «alguien que tiene algún tipo de petición especial a la Virgen, pero este año por el conflicto laboral «no había cabida para eso».
«Es emocionante, es una experiencia única, ha dicho García, quien ha precisado que para él este honor «no ha sido algo especial» debido al conflicto que mantienen los bomberos municipales con el Ayuntamiento de Madrid, y por haber tenido que hacerlo después de que la Asamblea de su Hermandad lo decidiera así.
El bombero ha añadido que desde mayo han ensayado tres veces esta tradicional bajada del cuadro que, como en anteriores ocasiones, ha provocado que los cientos de fieles que abarrotaban el templo gritaran con emoción: ¡Viva la Virgen de la Paloma!, ¡Vivan los bomberos!.
Poco después, el cuadro ha sido colocado para ser besado por los fieles de esta madrileña Virgen, que esta tarde será sacada en procesión por las calles más castizas de la capital. La historia de la Virgen de La Paloma se remonta al año de 1787, cuando Isabel Tintero, una mujer devota natural de Madrid, se la arrebató a unos muchachos que jugaban con él en un solar al lado de donde este domingo se encuentra el templo, comenzó en su casa el culto y este domingo sus restos reposan a los pies de la Virgen, tal y como ella pidió por escrito.
En cuanto a la tradición de que sean los bomberos quienes descuelguen el cuadro, la historia dice que los feligreses de esa parroquia reclamaron su ayuda para descolgar el cuadro cuando éstos realizaban maniobras en los terrenos que ocupan la Gran Vía de San Francisco. Los actos de esta mañana comenzaron con una ofrenda floral por parte del alcalde, para a continuación oír la misa presidida por el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Monseñor Juan Antonio Martínez Camino.
A Ruiz Gallardón, que este año ha pedido a la Virgen el fin de la crisis, le han acompañado, entre otros, los concejales de los distritos Centro y Latina, Enrique Núñez y Begoña Larraínzar, respectivamente, y la concejala de Familia y Asuntos sociales en el Ayuntamiento de Madrid, Concepción Dancausa.
En el momento en que ha abandonado el templo para ir andando hacia la Puerta de Toledo, el alcalde ha sido abucheado por una treintena de bomberos que le han pedido que se parara para hablar con ellos sobre sus reivindicaciones. Los manifestantes, vestidos con una camiseta azul en la que se leía «Bomberos Madrid bajo mínimos, han gritado al regidor que no quieren viudas, en referencia al supuesto riesgo que tienen en su trabajo por la falta de medios que denuncian.