San Antón de Padua. Patrón de los animales. Dentro de dos días se cumple el 10º aniversario de la presentación de un nuevo partido. Sus dirigentes pretendían que no fuéramos meras ovejas de un rebaño. El nombre de Podemos irrumpió en el panorama político en el 17 de enero de 2014 en el barrio de Lavapiés a manos de quien fuera su líder, Pablo Iglesias. Entonces tenía 35 años, venía de las Juventudes Comunistas con 14, y tenía un programa de televisión, hasta entonces desconocido en canales minoritarios, ‘La Tuerka’. La obtención de cinco escaños en el Parlamento Europeo fue toda una sorpresa y una revolución para la formación y es que solo un año después, en 2015, llegó al Congreso de los Diputados con 69 escaños.
Tras casi diez años, muchas cosas han cambiado. La más importante es que él ya no lidera el partido y la segunda es su delicada situación interna, con un goteo constante de bajas, en claro retroceso demoscópico y con deudas ante los pésimos resultados electorales de 2023. Sin ir más lejos, hace unas semanas te contamos cómo algunas secciones de la página web de los morados lleva meses sin actualizar.
En 2024, su protagonismo político ha decaído, especialmente por la marginación en sus listas por parte de Sumar. Pero no solo es eso, sino que la mayoría de sus discursos se han perdido por el camino. El término fetiche de “casta” ha ido desapareciendo del diccionario para los dirigentes y miembros del partido morado. La compra del chalet de 660.000 euros por parte de Iglesias e Irene Montero puso en duda la credibilidad de la formación, además creó una división entre sus bases. Para ellos, lo importante era defender los intereses del pueblo y adoptaron para ello la limitación salarial de sus cargos políticos a tres Salarios Mínimos Interprofesionales (SMI) en su código ético. También para sus propios trabajadores internos. En aquel momento, 2014, el SMI era de 14 pagas de 645,30 euros brutos anuales, por lo que el límite para ellos era un sueldo que no llegaba a los 2.000 euros. De imagen, todo parecía más fácil. Además, se trataba de sueldo neto, aunque el partido no lo especificaba.
Los tiempos cambian y con él, los avances, también en materia económica. En marzo de 2020, solo dos meses después de que Iglesias asumiera el cargo de vicepresidente segundo del Gobierno de España, la cúpula de los morados decidió eliminar este tope y establecer otro mediante porcentajes del salario percibido, según detalla el documento de protocolo del partido. Así, los miembros de Consejo de Gobierno estatal, autonómico o municipal donarían como mínimo el 15% de su sueldo neto. Los cargos en Secretarías, Subsecretarías de Estado, Viceconsejerías, Direcciones o Subdirecciones Generales, entre el 15% y el 35%. Los cargos electos en cualquier nivel institucional con dedicación exclusiva, entre el 20% y el 50%. Los cargos electos en cualquier nivel institucional cuyo sueldo esté por debajo de 40.000 euros brutos anuales, el 5%. Y los nombramientos con asignación superior a los 40.000 euros brutos anuales, el 10%.
En ese año, el SMI ya estaba en 950 euros, por lo que sus militantes ya podían cobrar 2.850 euros mensuales. Pero no llegaron a aplicarlo. Una cifra que ya era alta en relación con los intereses de la ciudadanía que ellos defendían. Aún más elevada sería en la actualidad, cuando el SMI para 2024 se ha acordado en 1.134 euros. Es decir, si ese tope no se hubiera eliminado, los cargos públicos de Podemos podrían estar ingresando unos 3.400 euros cada mes.
Entre las excepciones para esta medida estaba la de tener hijos, familiares con discapacidad o ancianos a cargo. Dichas situaciones se compensaban con medio salario mínimo por cada persona de la que se era responsable, hasta un máximo de dos SMI por cada dirigente del partido que pertenecía a la Administración o a las Cortes. Otras salvedades para sobrepasar el tope eran tener discapacidad, los procesos de adopción o divorcio y otras cuestiones de fuerza mayor.
También se adoptaron novedades como la de poder mantener dos cargos a la vez e incluyeron que los mandatos podían durar más de 12 años, que era el límite fijado anteriormente.
Su limitación como diputados
En 2016, los rostros conocidos de Podemos eran diputados en la Cámara Baja y cobraban su correspondiente sueldo, pero limitado por su partido. Podían cobrar 1.965 euros al mes, aunque su aportación al partido era diferente al depender de la nómina percibida. Por ejemplo, en los primeros seis meses de este año, Iglesias, aportó 3.614 euros a la formación y a los proyectos de Impulsa, mientras que Iñigo Errejón donó 7.929 euros al tener una nómina de 10.000 euros más que el exlíder del partido. Por su parte, Montero repartió 13.300 euros y Carolina Bescansa, 2.309 euros. Cabe destacar que esta última tenía dos hijos, por lo que su tope salarial era de 2.620 euros al mes.
En 2018, el sueldo limitado de Iglesias y Montero fue de 2.943 euros netos al mes. 41.210 euros anuales. Entre los dos, 82.420 euros. En estas cifras, se incluye la percepción de un SMI más por el nacimiento de sus mellizos, contemplado como excepción.
Iglesias y Montero, como ministros solo con donación de sueldo
La eliminación del tope salarial del SMI coincidió con la etapa de Iglesias y Montero en el Gobierno español presidido por Pedro Sánchez. Él como vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, y ella como ministra de Igualdad. El código ético de Podemos establecía que sus integrantes en gobiernos estatales, autonómicos o municipales deberán ceder el 15% de su salario.
Así, en 2020, el que era secretario general de la formación, tenía un sueldo fijado de 79.746 euros anuales en 12 pagas según el BOE en aquel momento. Montero percibía un salario de 74.858 euros al año. En 2023, su último año en el cargo, ingresó unos 69.490 euros por 10 meses y medio, hasta su cese el pasado mes de noviembre. La ya exministra ha acumulado más de 294.000 euros en una legislatura casi completa.