Prisión para Isabel Peralta: Incitación al odio en protesta antiinmigración

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un año de prisión a Isabel Peralta, líder del grupo de extrema derecha Bastión Frontal, por un delito de provocación al odio cometido durante una manifestación frente a la Embajada de Marruecos en mayo de 2021.
La sentencia, también impone a la acusada la inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena y una multa de seis meses, con una cuota diaria de seis euros. Se trata de una decisión judicial firme contra un discurso que, según los magistrados, traspasó los límites del activismo político para adentrarse en el terreno del discurso de odio.
“¡Muerte al invasor!”, la frase que lo cambió todo
Los hechos ocurrieron durante una concentración convocada por miembros del grupo Bastión Frontal ante la sede diplomática de Marruecos en Madrid. La protesta se produjo en un momento de tensión diplomática entre España y Marruecos, tras la entrada masiva de migrantes en Ceuta. Isabel Peralta, que participaba como oradora, lanzó un discurso incendiario con referencias directas a la inmigración, al Islam y a los marroquíes.
Según recoge el fallo judicial, Peralta repitió consignas como "No es inmigración, es una invasión" y "Contra el Islam, lucha radical", coreadas por los asistentes mientras ondeaban banderas del grupo y gritaban proclamas como "España cristiana y no musulmana". Sin embargo, los jueces subrayan que el punto de inflexión se produce cuando la acusada concluye su intervención con un llamamiento directo a la acción:
“Por eso les vamos a plantar cara y vamos a luchar contra ellos, porque no vamos a dejar que nos invadan. ¡Muerte al invasor!”.
Una línea roja cruzada
Para los magistrados, esta última frase supone un cambio cualitativo respecto a los mensajes anteriores. Lo que empieza como una exposición de ideas políticas termina, en su opinión, con un claro llamamiento al enfrentamiento. La Sala considera que el conjunto del discurso constituye un acto de provocación a la discriminación, hostilidad y violencia, afectando directamente a la dignidad del colectivo inmigrante y musulmán.
“El contenido global del mensaje es objetivamente intimidatorio”, recoge la resolución, que deja claro que no se sanciona la protesta en sí, sino el contenido del discurso pronunciado en su desarrollo.
No se juzga la protesta, sino las palabras
La defensa de Peralta alegó durante el juicio que sus declaraciones eran únicamente un mensaje político, dirigido tanto al Gobierno de Marruecos como al español. Sin embargo, el tribunal considera que esas expresiones “van más allá del marco legítimo de la crítica política” y constituyen una incitación clara a la discriminación y el odio por razones de origen, cultura y religión.
Los jueces insisten en que no se trata de censurar una ideología, sino de proteger los derechos fundamentales de colectivos vulnerables ante expresiones que promueven el rechazo o la violencia.
🚨🇪🇸 Isabel Peralta, sentenciada hoy por "delito de odio" a 1 año de prisión y multa de 6€ diarios hasta octubre.
— Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin) April 10, 2025
Dio un discurso contra la avalancha de 12.000 ilegales en Ceuta, frente a la Embajada de Marruecos, asegurando que era una "invasión". https://t.co/Lgf1lxHtRf pic.twitter.com/OFw44cqU1l
La Fiscalía pedía 42 meses de prisión
El Ministerio Fiscal solicitaba para Peralta tres años y medio de cárcel, al considerar que sus manifestaciones supusieron una incitación directa a la hostilidad hacia los inmigrantes y musulmanes. Según el fiscal, el discurso pronunciado en la protesta generó un profundo impacto emocional entre los miembros del colectivo marroquí e islámico, extendiendo prejuicios y estereotipos negativos.
Además, el fiscal apuntó que la acusada alentó a la violencia con referencias históricas y exaltaciones patrióticas que apuntaban directamente a la confrontación.
Un caso que marca un precedente
La sentencia contra Isabel Peralta se enmarca dentro de una creciente sensibilidad judicial frente a los delitos de odio en España. Aunque la condena ha sido inferior a la que pedía la Fiscalía, supone un precedente claro: el discurso político deja de estar protegido por la libertad de expresión cuando atenta contra los derechos fundamentales de terceros.
La sentencia no ha sido recurrida por el momento. En caso de que se confirme su firmeza, Peralta deberá ingresar en prisión, aunque podría solicitar la suspensión de la pena al tratarse de una condena inferior a dos años y no contar con antecedentes penales. Sin embargo, la última palabra la tendrá el juez de ejecución penal.