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Desmantelada una red de “abrazos cariñosos” que operaba en toda España

La Policía Nacional, en coordinación con la policía rumana y Europol, ha desarticulado una red criminal dedicada a hurtos y robos violentos mediante el método del “abrazo cariñoso”. Hay 21 detenidos y más de medio centenar de cuentas bloqueadas

Una red delictiva formada por varios clanes familiares de origen rumano, asentada en Madrid y especializada en hurtos y robos con violencia, ha sido desmantelada por la Policía Nacional gracias a una operación conjunta con las autoridades de Rumanía y bajo la coordinación de Europol. El grupo criminal, que empleaba el conocido “abrazo cariñoso” como técnica para robar, había cometido al menos 46 delitos en distintas provincias españolas.

Las detenciones, un total de 21, se produjeron en Murcia (13) y Madrid (8), y se realizaron 16 registros domiciliarios tanto en España como en Rumanía. Entre los bienes incautados hay joyas, relojes de alta gama, dinero en efectivo, vehículos de lujo, así como 56 cuentas bancarias y siete propiedades inmobiliarias vinculadas a los investigados.

De Madrid al resto de España

Aunque la base de operaciones estaba en Madrid, la red extendía sus acciones a múltiples puntos del territorio nacional. En especial, se identificaron actividades en Alicante, Murcia y Málaga. Desde viviendas situadas en zonas rurales —utilizadas como centros temporales de operaciones— los cabecillas organizaban los equipos de trabajo y repartían los vehículos con los que recorrían diariamente cientos de kilómetros para ejecutar los robos.

La estructura estaba perfectamente organizada: las parejas delictivas, formadas por un hombre y una mujer, tenían roles definidos. Él conducía y daba cobertura; ella era la encargada de ejecutar el robo mediante un acercamiento físico a la víctima, simulando gestos amables que acababan en la sustracción de relojes o joyas.

Además, la organización contaba con otro tipo de equipos, conformados por mujeres que, fingiendo pertenecer a asociaciones de sordomudos, se acercaban a turistas para sustraer carteras, móviles o dinero en efectivo. Usaban carpetas como excusa para despistar y facilitar el hurto.

Robos en cajeros y zonas turísticas

El grupo delictivo actuaba en dos áreas bien diferenciadas: una enfocada en las inmediaciones de sucursales bancarias y otra centrada en puntos de alta concentración turística. En el primer caso, los objetivos eran personas mayores que acababan de retirar dinero. Dos varones, con el rostro cubierto por mascarillas, gafas o gorros, se aproximaban a las víctimas para distraerlas y apoderarse del efectivo.

En cuanto al segundo tipo de delitos, el foco estaba en zonas frecuentadas por turistas, como el Parque del Retiro en Madrid, donde los miembros de la red llevaban a cabo hurtos organizados con gran coordinación entre las integrantes.

Un flujo constante de dinero y joyas hacia Rumanía

Uno de los clanes asumía la labor logística de transportar los efectos robados desde los lugares de actuación hasta Madrid, desde donde eran enviados por paquetería a Rumanía. Este flujo constante de bienes robados y dinero permitía mantener un elevado nivel de vida a los líderes de la red, que contaban en su país de origen con numerosos bienes inmuebles y vehículos de alta gama.

Gracias al trabajo de inteligencia, los agentes lograron identificar los movimientos, estructuras internas y logística de los clanes, permitiendo abortar una nueva campaña criminal que estaba a punto de iniciarse en la región de Murcia.

La operación sigue abierta

La fase de explotación culminó con los registros simultáneos en Madrid, Murcia y la ciudad rumana de Tandarei, donde también se efectuaron intervenciones importantes. Sin embargo, la investigación continúa: hay cuatro miembros de la organización aún no detenidos, sobre los que pesan órdenes europeas e internacionales de detención.