Los hijos de madres fumadoras persistentes tienen mayor riesgo de sufrir sibilancias, tos nocturna y la probabilidad de sufrir más resfriados comunes al año.
Un estudio publicado recientemente en la revista Archivos de Bronconeumología, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), pone de manifiesto la relación existente entre la exposición antes, durante y después del embarazo al humo del tabaco y la aparición de enfermedades respiratorias en los primeros cuatro años de vida.
Según el estudio, los niños expuestos al tabaco solo en época prenatal presentan una incidencia de hospitalizaciones por infección respiratoria mayor que los hijos de madres no fumadoras: 2,96 más probabilidades en el primer año y 4,95 a los dos años, ha informado SEPAR en un comunicado.
La exposición postnatal se asocia con la aparición de sibilancias tardías (2,48 más probabilidades) y aumenta en 1,69 la posibilidad de padecer asma a la edad de cuatro años.
Los niños expuestos a los efectos del tabaco antes y después de nacer presentan más sibilancias (2,18), roncus persistente (1,7), tos nocturna (1,90) y la probabilidad de padecer más resfriados comunes al año y de ser diagnosticados de asma, especialmente entre el segundo y tercer año de vida.
El tabaquismo materno durante el embarazo tiene un efecto adverso sobre el peso del bebé al nacer que puede perdurar durante los cuatro primeros años de vida.