Las vitaminas (el término, etimológicamente, significa “sustancias de vida”) son un grupo de sustancias químicas orgánicas imprescindibles que, al ingerirlas de forma equilibrada y en dosis esenciales, promueven el correcto funcionamiento de los organismos de los seres vivos. La mayoría de las vitaminas no pueden ser sintetizadas en el organismo, por lo que el único modo de obtenerlas es a través de una adecuada alimentación.
Junto con los minerales, las vitaminas constituyen el grupo de componentes alimentarios que conocemos como micronutrientes, ya que el organismo los utiliza en pequeñas cantidades para facilitar las reacciones químicas que las células necesitan para vivir: estamos hablando de dosis de miligramos o microgramos. No aportan energía ya que no se utilizan como combustible como ocurre con los macronutrientes (azúcares, grasas y proteínas), pero son imprescindibles al actuar como catalizadores (facilitadores) de todos los procesos fisiológicos, tanto de forma directa como indirecta permitiendo que otros actúen correctamente.
En siglos pasados, cuando la alimentación era deficitaria, se describieron diversas enfermedades carenciales por la falta de ingesta de determinadas vitaminas (avitaminosis): el escorbuto (déficit de Vit C), el raquitismo (déficit de Vit D), el beriberi (déficit de Vit B1), la pelagra (déficit de Vit B3), entre otras. En la actualidad, con la alimentación variada de la que disponemos, prácticamente estas enfermedades han desaparecido. Sin embargo, la incorrecta forma de alimentarnos y el procesado industrial de muchos alimentos están produciendo nuevos padecimientos que podríamos considerar de forma similar como carenciales y que necesitan la toma de determinados suplementos vitamínicos y minerales para corregirlos.
Las vitaminas podemos clasificarlas en:
HIDROSOLUBLES, al disolverse en agua y como pueden eliminarse fácilmente por la orina, tienen el inconveniente de un mal almacenaje (debemos tomarlas regularmente), pero tienen la ventaja de que no son posibles las enfermedades por acúmulo (hipervitaminosis). Las constituyen la Vit C y los 8 componentes del grupo B: B1, B2, B3 (niacina), B6, B9 (ac. fólico), B12, ac. pantoténico y biotina.
LIPOSOLUBLES, que se disuelven con lípidos (grasas) y que, como podemos almacenarlas, podemos tener reservas, pero tienen el inconveniente de poder acumularse y producir hipervitaminosis, por lo que su dosificación debe estar bien ajustada. Son la Vit A, la Vit D, la Vit E y la Vit K. En cuanto a los minerales importantes en nuestra alimentación y que podemos considerar como micronutrientes esenciales destacamos: el hierro, el calcio, el fósforo, el potasio, el magnesio, el yodo, el zinc, el cobre, el cromo, el selenio y el molibdeno, entre otros.
Cada día la medicina avanza más en el conocimiento de la nutrición y, en la actualidad, se está investigando mucho en estos micronutrientes (micronutrición, medicina ortomolecular, nutrición celular, fisionutrición, etc.), valorando que muchas enfermedades son producidas por una incorrecta ingesta de alguno de ellos y que se pueden evitar el desarrollo de muchos padecimientos tomando suplementos adecuados en cada caso clínico. Dentro de estos estudios están las investigaciones sobre el envejecimiento (antiaging), el cual se ha visto que puede retrasarse con suplementos específicos como antioxidantes y antirradicales libres. Esperemos que estos estudios avancen cada día más y nos permitan una mejor calidad de vida.
En cuanto a los suplementos vitamínico-minerales necesarios cuando se hace un tratamiento de adelgazamiento, debemos considerar, por un lado, que cuando hacemos dieta y limitamos algo nuestra alimentación podemos correr el riesgo de ingerir deficitariamente alguno de los micronutrientes esenciales y, por otro, que al perder grasa eliminamos parte de nuestras reservas de vitaminas liposolubles y minerales como el potasio cuyo reservorio principal está en el tejido graso. Así ocurre que regímenes de adelgazamiento no bien controlados producen a corto plazo mareos, dolores de cabeza, cansancio, calambres musculares y otros síntomas que muchas veces llevan a abandonarlos, y, ¡menos mal!, ya que si se continuasen haciendo sin suplementar producirían enfermedades más graves.
Así pues, todo tratamiento de adelgazamiento debe estar bien suplementado tomando un complejo vitamínico y mineral que contenga en su dosificación las recomendaciones diarias alimentarias (RDA) de todas las vitaminas y una cantidad suficientes de los principales minerales según los déficit de aporte que se produzcan y las pérdidas que de ellos ocurran al eliminar grasa. Además, habrá que tener en cuenta que no contenga ningún estimulante del apetito, por razones obvias, como jalea real, polen y otros ya que suele estar frecuentemente en muchos de estos complejos.
Y, como recomendación general, cuando quiera adelgazar, déjese siempre aconsejar por un médico experto en nutrición, así tendrá su salud asegurada.
Dr. J.P. Fernández Corbelle (Doctor en Medicina y Cirugía)
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Dr. J.P. Fernández Corbelle (Doctor en Medicina y Cirugía)