Pocos quieren hablar del futuro del 15M. Nadie se atreve a aventurar en qué punto se encontrará el movimiento ‘indignado’ surgido el pasado 15 de mayo de 2011, por ejemplo, el próximo aniversario. Pero al menos algunos lo intentan: “El 15M es una pregunta y las preguntas no terminan hasta que no son respondidas”, con esta declaración de última hora en la que se augura una clara continuidad al movimiento, el profesor y doctor en Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Carlos Monedero, atiende a Estrella Digital para hacer una valoración más académica y ortodoxa de la evolución de la ‘primavera española’ durante este último año.
Un año después del 15M , ¿siente que ha cambiado algo en la universidad?, ¿nota a los estudiantes diferentes?
El 15M interrumpió la monotonía política y el discurso hegemónico de no hay alternativa y no se puede hacer nada. En la universidad, ese mayo de 2011 supuso un nuevo revulsivo. Permitió que gente, que pensaba que iba a la universidad a comprar la posibilidad de obtener un título que le permitiera trabajar, se diera cuenta de que la universidad es algo más, con la que también puedes comprometerte fuera de las aulas. En definitiva y más importante, el 15M permitió a los estudiantes comenzar a hacerse preguntas.
¿Cómo definiría el 15M cuando nació?¿cómo lo definiría un año después?
El 15M supuso el fin de los consensos que la transición había marcado: el bipartidismo, la felicidad ligada a estructuras económicas, el consenso acerca de la bondad de las instituciones (la Monarquía, los jueces y el Parlamento). También supuso el fin del consenso sobre que la verdad coincidía con aquello que decían los medios de comunicación. Así como también, que todo lo que viene de Europa es bueno. Un año después, el 15M ha decidido ramificarse, extenderse por toda la sociedad. Eso ha hecho que se haya dividido su presencia mediática o su identificación, pero también ha llegado a más sitios. Eso nos lleva a la conclusión de que un año después, tanto las razones que hicieron que surgiera el 15M, como su capacidad de seguir rompiendo pacíficamente consensos no sólo está intacta, sino que se ha multiplicado.
¿Y por qué cree que se han multiplicado las razones?
Por la deslegitimación acelerada en la que estamos inmersos. Y por las mentiras de un Gobierno, que incumpliendo el contrato electoral que le hizo ganar las elecciones en un momento, ha llevado a España a perder su ya débil estado esencial. Está claro, que en el momento en el que vemos que lo que nos recortan en Sanidad y en Educación coincide con lo que se quiere dar a los bancos, las razones profundas del 15M explotan con toda nitidez.
¿Cree que el movimiento ha cumplido con las expectativas generadas?
El 15M, dependiendo qué le preguntes demuestras si lo has entendido o no. Es decir, si le preguntas si ha sido capaz en un año de acabar con la democracia representativa -que lleva funcionando dos siglos-, o que si ha sido capaz de acabar con el modelo capitalista que lleva funcionando casi cinco siglos, obviamente no has entendido el movimiento. El 15M hay que interrogarlo sabiendo que no es una respuesta, sino una pregunta, y como tal, no terminará hasta que sea respondida. Hay que darle tiempo. Lo importante ahora es que desde la transición, nunca antes, habíamos tenido la madurez gnóstica suficiente como para dejar de asumir la tutela que había detrás de esos falsos consensos de la transición. Y esto es lo que ha conseguido el 15M.
Teniendo en cuenta el panorama que dibuja, de “deslegitimación y mentiras” ¿por qué cree que el movimiento ha esperado a la celebración de su aniversario para volver a salir a la calle? ¿Por qué no haberlo hecho antes? ¿Es posible que el movimiento sindical haya ganado el pulso al movimiento civil que surgió el pasado 15 de mayo?
Creo que no es apropiado intentar confrontar instituciones o mecanismos sociales que tienen que coexistir. Es verdad que el 15M surge porque ni los partidos, ni los sindicatos ni los medios de comunicación están haciendo una lectura que permita a la gente entender lo que está pasando. El 15M, en sus orígenes, reclamó a los partidos y a los sindicatos que realmente representaran a la ciudadanía. Inicialmente, el movimiento no explotó con la pretensión de sustituir a los partidos, ni de sustituir a los sindicatos, sino que fue una poderosa llamada de atención acerca de las mentiras que hay detrás de las instituciones que dicen representar al conjunto.
¿Cuál sería la hipotética tesis de solución del conflicto?
Todos los procesos de cambio empiezan cuando la gente sabe lo que no quiere. Y a fuerza de saber esto, es como se va construyendo lo que uno quiere. El 15M, lo que tuvo fue la bondad de empezar a decirle a la gente que no estaba sola, y que esa sensación de que no le gustaba la organización social institucionalizada la compartía con otras muchas personas. Partiendo de esta base, yo creo que el 15M no tendría problema en desaparecer, si de repente, los principales partidos y sindicatos asumieran la defensa radical de los derechos de los ciudadanos. Si se parasen y dijeran no al sector financiero y a esos sectores usurpados de la UE que parecen desentenderse de los intereses de las mayorías.
Sinceramente, ¿cree que desaparecería el 15M si esa máxima se cumpliera?
En realidad, lo que anteriormente acabo de plantear es una hipótesis mentirosa y falaz. Pero sí que creo, que si de repente, el PSOE, el PP, CCOO, UGT, los principales medios de comunicación y al sector financiero decidieran decirle a España “hasta aquí hemos llegado”. Yo creo que lo que encontrarían es a una población que gracias al 15M, entendería las nuevas medidas.
Una de las principales reivindicaciones del movimiento era cambiar el sistema político, ¿cree que han habido cambios al respecto?
Estoy convencido de que hay una incapacidad estructural en los principales partidos para poder cambiar. Situaciones extremas como las de Grecia, donde el nivel de deterioro de los derechos de los ciudadanos es extremo, vemos que lejos de cambiar a los principales partidos, lo que han hecho es simplemente asumir los dictados que les marcan las grandes instancias del modelo financiero actual. Por lo tanto, ni siquiera agravándose las circunstancias, los partidos van a ser capaces de responder, porque tienen varios problemas estructurales: son ADN de los propios bancos, su horizonte laboral está en las empresas del Ibex 35 y están vinculados en sus relaciones personales a otros líderes políticos como ellos en el resto de Europa.
Entonces, ¿qué hacemos?
Yo sólo confío en un incremento de la conciencia; y que ese incremento de la conciencia pueda sentar las bases de un contrato social. En este caso, al 15M lo veo como la herramienta. No tenemos medios de comunicación, no tenemos el dinero, no tenemos influencias institucionales. El 15 M ha demostrado que es capaz de generar un altavoz.
¿Cuál fue el éxito del 15M?
Ya dije hace un año, al comienzo de todo, que la sabiduría del 15M estaba en su ignorancia; y que gracias a esa ignorancia pudo ir más allá de los consensos impuestos. En realidad, la ignorancia de la necesidad de líderes, de programas definidos y de unas estructuras aprendidas, jerárquicas, verticales, llenas de militantes que militaban como militares en las organizaciones políticas, pudo generar esa horizontalidad que emocionó e hizo del 15M un fenómeno mundial.
¿Algún reproche que hacerle al movimiento de ‘indignados’?
Los reproches se hacen a sujetos identificables. El 15M no es un sujeto identificable, y por tanto dificulta poder hacer un planteamiento de reproche como tal. Aunque también es cierto que un año después, ese aprendizaje conviene repensarlo. Lo que fue un éxito hace un año, puede ser también el obituario un año después. Yo estoy convencido de que el 15M tiene que clarificar su programa, su estructura y aprender que la horizontalidad y la búsqueda de consenso no se puede transformar en parálisis a la hora de tomar decisiones. Soy consciente de la complejidad, pero creo que el 15M tiene que servir para que emerjan nuevos liderazgos sociales.
¿Está hablando de establecer líderes? Porque es una de los aspectos que el movimiento rechaza de lleno…
No son los líderes tradicionales, no estamos buscando ni mucho menos personas con la capacidad de tocar la flauta para que te sigan como a Amelí. Pero sí que es muy importante, que en los diferentes sectores de la sociedad, surjan referentes que permitan aglutinarnos. Creo que es absolutamente necesario. Vivimos en sociedades complejas, y parte de la discusión que ha tenido la teoría democrática acerca de la necesidad de algún tipo de representación está ahí. Si el 15M no enfrenta esta necesidad de nuevos liderazgos, creo que seguiremos paralizados. Si no encontramos referentes que nos ayuden a entender la complejidad en la economía, en las relaciones internacionales…creo que no vamos a poder armar el rompecabezas. Definitivamente, es muy importante que exista un cambio de liderazgos.
Y para terminar, ¿de qué manera participa en el movimiento?
Estoy terminando un libro para la editorial Nueva Utopía, vinculada a Cristianos de Base, que están demostrando ser personas a las que no se les desgasta las ganas de seguir peleando, porque también son conscientes de que necesitamos reflexión. Me comprometí con ellos y estoy terminandolo ahora. Y por supuesto también participo en las discusiones en la universidad y en todas las concentraciones que el 15M convoca.
Elsa S. Vejo