En un gesto sin precedentes, el Papa Francisco abrirá este jueves 26 de diciembre, a las 9:00h, una segunda ‘Puerta Santa’ en una prisión, tras abrir la de la Basílica de San Pedro el día de Nochebuena dando así inicio al Jubileo Ordinario de 2025, que se extenderá hasta el 6 de enero de 2026.
El de este jueves es un gesto simbólico; la puerta, también lo será. Y el sumo pontífice ha elegido el Centro penitenciario de Rebibbia, en Roma, para ‘reinaugurar’ el Jubileo 2025… desde una cárcel.
Una cárcel con más de 1.500 reclusos que el Papa Francisco ya ha visitado en más ocasiones y en la que, según medios de comunicación italianos, se produce un alto índice de suicidios.
Atravesar una Puerta Santa es una de las reglas del Año Santo para recibir la indulgencia plenaria
La apertura de una Puerta Santa «simboliza el perdón y el renacimiento espiritual, y su apertura es un ritual solemne que se celebra desde el siglo XVI», según explican desde el Vaticano.
Y, durante el Jubileo (también denominado Año Santo), atravesar una Puerta Santa es una de las reglas que dan derecho a recibir la indulgencia plenaria, la forma más elevada de perdón en el catolicismo.
Aunque la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro es la principal, hay 8 puertas santas en todo el mundo: seis de ellas están en Italia (cuatro, en Roma); y las otras dos, en la Catedral de Santiago de Compostela y en Quebec (Canadá)
Estas puertas sólo se abren durante la celebración de un Año Santo y, en esta ocasión, también habrá una Puerta Santa simbólica en el Centro penitenciario de Rebibbia.
«En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas a silenciar las armas y superar las divisiones»
«La Puerta Santa que se abre en la noche de Navidad -decía el propio Francisco antes de la bendición Urbi et Orbi (bendición papal que se extiende a todo el mundo)- es una invitación a cumplir un pasaje, una pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo».
Y como deseo de este año Jubilar, el Papa espera que 2025 «sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres; cada uno de nosotros está llamado a perdonar las ofensas recibidas, porque el hijo de Dios ha venido a curarnos y perdonarnos».
«En esta Navidad, inicio del Año Jubilar, invito a todas las personas -dijo el sumo pontífice-, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones«.