Científicos de la Universidad de Arkansas y la ETH de Zúrich han dado a conocer el descubrimiento del anión cloronitramida (Cl-N-NO2-), un producto de la descomposición de las cloraminas inorgánicas, ampliamente utilizadas para desinfectar el agua potable y prevenir enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea. Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Science, representa un avance significativo en la comprensión de los subproductos químicos generados durante el proceso de desinfección.
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Décadas de incertidumbre resueltas
Según Julian Fairey, profesor asociado de ingeniería civil y coautor del estudio, este compuesto químico ha desconcertado a los científicos durante más de 10 años debido a su gran estabilidad y bajo peso molecular, características que dificultaban su identificación. Fairey explica: «Es una sustancia química muy difícil de encontrar. La parte más compleja fue demostrar su estructura y sintetizarla en el laboratorio por primera vez».
El trabajo en colaboración con Juliana Laszakovits, investigadora postdoctoral en la ETH de Zúrich, permitió analizar y confirmar la existencia del compuesto gracias a tecnologías avanzadas de laboratorio.
Preocupaciones sobre la salud pública
Aunque la toxicidad del anión cloronitramida aún no se ha evaluado, su similitud estructural con otros compuestos tóxicos ha despertado preocupación en la comunidad científica. Fairey subraya que la desinfección del agua, aunque vital para la salud pública, puede generar subproductos químicos con toxicidad crónica, lo que podría incrementar el riesgo de enfermedades como el cáncer a lo largo del tiempo.
«Sabemos que la desinfección del agua potable crea cierta toxicidad. Nuestro objetivo principal es identificar las sustancias químicas responsables y entender cómo se forman», añade Fairey. Este descubrimiento es un paso crucial para identificar y controlar posibles riesgos derivados del tratamiento del agua potable.
Próximos pasos: estudios de toxicidad
El siguiente desafío será evaluar si este compuesto representa un riesgo directo para la salud humana. Agencias como la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) analizarán su relación con posibles enfermedades, incluyendo el cáncer. Además, los estudios podrían revelar información clave sobre las rutas químicas que generan otras toxinas.
«Aunque el anión cloronitramida no resulte tóxico«, señala Fairey, «su descubrimiento nos permitirá comprender mejor cómo se forman otros compuestos peligrosos y, en última instancia, encontrar formas de reducir su presencia».
Un avance hacia un agua potable más segura
Este hallazgo no solo abre nuevas líneas de investigación en la química del agua, sino que también pone en marcha un debate sobre la seguridad de los métodos actuales de desinfección. Los expertos esperan que los resultados contribuyan a mejorar los procesos de tratamiento y a garantizar un acceso más seguro al agua potable en todo el mundo.
El descubrimiento del anión cloronitramida subraya la importancia de la investigación científica en la mejora de la calidad del agua, un recurso esencial para la vida y la salud pública.