La hermana Inah Canabarro Lucas, una monja nacida en Brasil en 1908, ha sido reconocida como la persona más longeva del mundo por la organización especializada LongeviQuest, tras el reciente fallecimiento de la japonesa Tomiko Itooka. Su longevidad no solo la coloca en la cima del mundo actual, sino que también la posiciona como la vigésima persona más longeva registrada en la historia.
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De los salones de clase al reconocimiento mundial
Nacida el 8 de junio de 1908 en São Francisco de Assis, un pequeño municipio del estado de Río Grande do Sul, Inah Canabarro Lucas desafió desde niña los pronósticos sobre su salud, marcados por una extrema delgadez. A los 16 años, inició su vocación religiosa, dedicando gran parte de su vida a la enseñanza de portugués y matemáticas en colegios de Brasil y Uruguay. Su carrera docente culminó en 1995, tras décadas de servicio.
En 2018, con motivo de su 110 cumpleaños, recibió una bendición apostólica del Papa Francisco, un reconocimiento especial que destacó su trayectoria de vida y compromiso con la fe.
Un referente en longevidad en América Latina y el mundo
El 23 de enero de 2022, Inah Canabarro Lucas fue reconocida como la persona viva más longeva de Brasil tras el fallecimiento de Antonia da Santa Cruz, y pocos meses después, con la muerte de la colombiana Sofía Rojas, alcanzó el título de la persona más longeva de América del Sur y América Latina.
Hoy, su estatus global la convierte también en la segunda monja más longeva de la historia documentada, superada únicamente por la francesa Lucile Randon, conocida como hermana André, quien falleció en 2023 a los 118 años. Además, es la última persona conocida nacida en 1908 y una de las tres personas vivas que aún recuerdan los albores del siglo XX.
Pasiones que trascienden la fe
Lejos de limitarse a su vocación religiosa, Inah Canabarro Lucas también se distingue por su fervor hacia el deporte, siendo una fiel seguidora del Sport Club Internacional de Brasil, equipo que, en sus palabras, “representa al pueblo”.
Cuando se le pregunta sobre el secreto de su longevidad, la hermana no duda en dar todo el mérito a su fe: “Dios es el secreto de la vida. Él es el secreto de todo”, afirma con serenidad y convicción.
Un ejemplo de vida para el mundo
A sus 116 años, Inah Canabarro Lucas continúa siendo un testimonio vivo de resiliencia, fe y dedicación. Su historia no solo inspira a quienes buscan longevidad, sino que también subraya el papel del compromiso y la espiritualidad como motores para una vida plena y significativa.