La UE congela sus represalias arancelarias y da un margen de 90 días al diálogo con EE.UU.

Bruselas ha optado por suspender durante tres meses las contramedidas que tenía previsto aplicar en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos, en un intento por favorecer el diálogo bilateral y desescalar la tensión entre ambas potencias económicas.
"Queremos darle una oportunidad a las negociaciones", ha manifestado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, a través de sus redes sociales. En su mensaje, ha explicado que las medidas defensivas de la UE, que contaban ya con el respaldo de los Estados miembros, quedarán en suspenso durante 90 días. "Si las negociaciones no son satisfactorias, entrarán en vigor nuestras contramedidas", ha advertido.
I welcome President Trump’s announcement to pause reciprocal tariffs. It’s an important step towards stabilizing the global economy.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) April 10, 2025
Clear, predictable conditions are essential for trade and supply chains to function.
Tariffs are taxes that only hurt businesses and consumers.…
El gesto de la Unión Europea se produce después de que Trump anunciara, de forma sorpresiva, una congelación inmediata de 90 días en la aplicación de los aranceles adicionales que habían empezado a regir esta misma semana. Su secretario del Tesoro, Scott Bessent, detalló que durante ese periodo se mantendrá una tasa general del 10% para las importaciones. Esta pausa beneficia especialmente a los países comunitarios, aunque no afecta a China, a quien Washington ha decidido seguir sancionando con aranceles del 125% tras las represalias de Pekín.
La reacción en Bruselas ha sido prudente. Aunque el movimiento ha sido bien recibido, las instituciones comunitarias mantienen la cautela. “En este momento no voy a especular sobre lo que podría o no suceder después de los 90 días. Me preocupa más lo que pueda pasar en 90 minutos”, ironizó el portavoz de la Comisión, dejando clara la volatilidad de la situación.
En cualquier caso, durante estos tres meses mientras que la UE detiene completamente su respuesta, Estados Unidos conservará su base arancelaria del 10%, lo que sitúa a Europa en una posición de relativa desventaja.
A primera hora del jueves, Von der Leyen ya había valorado positivamente la decisión de Trump. “Celebro el anuncio del presidente Trump de pausar los aranceles recíprocos. Es un paso importante hacia la estabilización de la economía global”, escribió. Y añadió que “unas condiciones claras y previsibles son esenciales para que el comercio y las cadenas de suministro puedan funcionar correctamente”.
Asimismo, reiteró su apuesta por un acuerdo sin tasas: “Los aranceles son impuestos que solo perjudican a las empresas y a los consumidores. Por eso, siempre he defendido un acuerdo de arancel cero a cambio de arancel cero entre la Unión Europea y los Estados Unidos. La UE sigue comprometida con unas negociaciones constructivas con Estados Unidos, con el objetivo de lograr un comercio sin fricciones y mutuamente beneficioso”.
Su mensaje cerraba con una reflexión más amplia: “Esta crisis ha dejado una cosa clara: en tiempos de incertidumbre, el mercado único es nuestro ancla de estabilidad y resiliencia”.
Bruselas ya tenía preparada una respuesta estructurada ante los aranceles del 25% que EE.UU. aplicó al acero y al aluminio a mediados de marzo. El plan europeo, diseñado en tres fases, contemplaba gravar productos que van desde alimentos hasta utensilios domésticos y artículos de moda. La primera fase, con tarifas del 10%, iba a entrar en vigor el 15 de abril, pero ahora quedará en pausa a la espera de los avances en las conversaciones bilaterales.
La estrategia fue respaldada por 26 de los 27 Estados miembros, con Hungría como única excepción. Por el momento, la Unión Europea apuesta por el diálogo, pero se mantiene preparada para reactivar sus medidas si no se alcanzan resultados satisfactorios.