El Tratado de París de 2015, un compromiso internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante, recoge entre sus objetivos el de rebajar el consumo de combustibles fósiles como el petróleo a lo largo de esta década.
Lejos de avanzar hacia esa meta, muchos países llevan años incrementando su demanda de petróleo. Para este año, se espera que la demanda mundial crezca la mitad del aumento de 2,3 millones registrado en 2023. Se estima que el consumo estará en torno a los 102,9 millones de barriles diarios.
China y Estados Unidos, los países con más demanda
Según las previsiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), China y Estados Unidos van a ser los dos países que más incrementen su demanda de crudo en lo que resta del 2024.
La OPEP espera que el consumo de crudo se incremente un 2,7% en el tercer trimestre y un 1,7% en el cuatro trimestre, con respecto a los datos del año pasado. La previsión de aumento de la demanda en China y Estados Unidos para lo que queda de año es de un 2,8% y un 2,9%, respectivamente.
A nivel global, el consumo de China y de India es el que más crece. Ambos países consumirán este año un 22,56% más que Estados Unidos. En el extremo contrario se encuentran los países ricos de Europa, en los que el aumento en el consumo de crudo durante 2024 y 2025 se prevé marginal.
Por sectores, se espera que el incremento de la demanda venga impulsado este año por un mayor consumo para el transporte aéreo y por carretera. Así como en la industria, el sector de la construcción y la actividad agrícola.
Sobreoferta de crudo en este 2024
A pesar del incremento de la demanda de petróleo a nivel mundial, los especialistas no creen que el precio del barril pueda variar demasiado en lo que queda del año.
Según los análisis llevados a cabo por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2024 el crudo va entrar en una situación de sobreoferta. Aunque hay más demanda, también hay más productores y estos han aumentado su producción, lo que ha provocado un exceso de oferta en el mercado.
Esta situación está haciendo que la OPEP pierda poder. Aunque en los últimos meses ha recortado su producción, no ha conseguido el efecto esperado: la subida de los precios. Porque los clientes habituales han respondido adquiriendo petróleo a otros productores, por lo que ha acabado perdiendo cuota de mercado. Además, en los últimos años ha perdido miembros, como Angola, y otros se han negado a mantener las cuotas impuestas. Todo ello está generando una situación en el mercado del crudo que no se había visto hasta ahora.
Los expertos destacan qué, a pesar de la complejidad geopolítica del momento, el impacto de eventos como los ataques a buques en el mar Rojo se está volviendo transitorio. Porque ahora el mercado tiene una mayor capacidad de respuesta.
Lejos de los objetivos del Tratado de París
Un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha puesto de relieve que de aquí a 2030 la producción mundial de combustibles fósiles superará en más del doble la meta que se había previsto para esa fecha en el Acuerdo de París.
Analizando los planes de producción de los 20 principales productores de combustibles fósiles de cara a rebajar la huella de carbono en 2030, la PNUMA ha llegado a la conclusión de que la producción va a exceder en un 110% la meta comprometida.
17 de los principales productores de petróleo se comprometieron en su momento a alcanzar un nivel de emisiones netas cero. Pero la mayoría sigue promoviendo y apoyando la expansión de la industria petrolera.
Según las estimaciones, la producción de petróleo alcanzará los 114 millones de barriles al día en 2030 y los 116 millones de barriles diarios en 2050. Superando el récord establecido hasta el momento, que está en 103 millones de barriles al día. Para poder cumplir con los objetivos del Tratado de París, la producción tendría que disminuir un 14% en 2030 y un 69% para 2050 con respecto a los niveles actuales.
El pico de la demanda llegará en 2030
Los informes de PNUMA hablan de un crecimiento continuado de la producción de petróleo en las próximas décadas. Sin embargo, un reciente análisis de la Agencia Internacional de la Energía señala que la era de los combustibles fósiles está próxima a llegar a su fin.
Según el principal organismo de control energético mundial, la demanda de petróleo, gas natural y carbón alcanzará su punto máximo antes de 2030 y luego empezará a descender. Fenómeno que se explica por el rápido crecimiento que están experimentando las energías renovables y el fomento por parte de los gobiernos de medios de transporte más sostenibles como los vehículos eléctricos.
Fatih Birol, director de la AIE, ha señalado que “en el sector energético tradicional existe un tabú que impide sugerir que la demanda de los tres combustibles fósiles pueda entrar en declive permanente. A pesar de que a lo largo de los años se ha hablado repetidamente del pico del petróleo y del pico del carbón, ambos combustibles están alcanzado máximos históricos, por lo que es más fácil rebatir cualquier afirmación de que pronto podrían estar en declive. Pero, según las nuevas proyecciones de la AIE, esta era de crecimiento aparentemente incesante va a llegar a su fin esta década, con importantes consecuencias para el sector energético mundial y la lucha contra el cambio climático”.
En 2022 la Agencia Internacional de la Energía señaló 2030 como la fecha en la que la demanda agregada de combustibles fósiles podría alcanzar su punto máximo. Pero en 2023 ajustó su previsión y señaló que esto podría ocurrir antes de 2030.
Para los expertos, esto se debe a que los gobiernos de los países desarrollados están aumentando sus inversiones en energías renovables como respuesta ante el cambio climático y ante la crisis energética que desató la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Desde la AIE hacen especial hincapié en la situación en China y en cómo afectará esto a la demanda de combustibles fósiles. El país asiático está pasando de la industria pesada a la especialización en industrias y servicios que consumen menos energía.
En la última década, China ha representado un tercio del incremento de la demanda de gas natural y dos tercios del crecimiento de la demanda de crudo a nivel internacional, pero en el país asiático se están adoptando políticas climáticas más fuertes que van a reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Algo que tendrá un efecto importante en la demanda de estos.