Hoy ha dado comienzo en Bakú, Azerbaiyán, la 29ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), un evento de máxima importancia para la agenda climática mundial. La cumbre, que se extenderá hasta el 22 de noviembre, reúne a delegaciones de 197 países, organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales, científicos, activistas y representantes del sector privado, todos enfocados en discutir y acordar medidas para mitigar la creciente crisis climática.
Urgencia de financiación para los países en desarrollo
Uno de los principales temas en el debate es la financiación climática, un aspecto clave para los países en desarrollo que enfrentan los peores impactos del cambio climático. Estos países han expresado su intención de elevar la meta de financiación anual a un billón de dólares, muy por encima de los 100.000 millones de dólares que se establecieron en el Acuerdo de París en 2015. La idea es que con un aumento significativo de la financiación, las naciones más vulnerables puedan implementar programas eficaces de adaptación y mitigación para contrarrestar los efectos devastadores del cambio climático en sus territorios.
Hasta ahora, las economías desarrolladas no han alcanzado el objetivo inicial de los 100.000 millones, lo que ha generado frustración y un sentido de urgencia entre los países que más requieren estos recursos. Esta COP29 es vista como una oportunidad para redefinir compromisos y explorar nuevas vías de financiación, como la participación del sector privado y la creación de un impuesto a las transacciones de carbono.
Elección de Bakú: entre el petróleo y los derechos humanos
La selección de Bakú como sede de la COP29 ha sido recibida con críticas y escepticismo. Aunque Azerbaiyán es una de las economías más importantes del Cáucaso y posee una posición estratégica en la producción energética global, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por la situación política interna del país. Según informes, el gobierno azerbaiyano ha intensificado las represalias contra activistas y organizaciones medioambientales en los últimos meses, lo cual ha generado un clima de tensión y preocupación en el ámbito internacional.
Además, la región ha sido escenario de conflictos recientes, como el enfrentamiento en Nagorno Karabaj, lo cual pone en cuestión la capacidad del país para liderar un debate inclusivo y transparente sobre el cambio climático. No obstante, las autoridades locales defienden que la celebración de la cumbre en Azerbaiyán podría contribuir a visibilizar sus esfuerzos por mejorar su imagen internacional y transitar hacia una economía menos dependiente de los combustibles fósiles.
Compromisos de reducción de emisiones: camino al 1,5°C
Otro punto crítico en la agenda de la COP29 es la revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el Acuerdo de París, todos los países están obligados a presentar sus NDC actualizadas a principios de 2025, lo que convierte a la COP29 en un espacio crucial para que las naciones fortalezcan sus compromisos climáticos.
La meta principal es limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales, una meta que los científicos consideran esencial para evitar efectos catastróficos en los ecosistemas y las poblaciones humanas. Los informes recientes indican que, si bien algunos países han avanzado en sus compromisos, aún se requiere una acción más ambiciosa y coordinada para alcanzar los objetivos climáticos establecidos.
Ausencias notables de líderes mundiales
La cumbre ha comenzado con importantes ausencias, entre ellas las del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quienes decidieron no asistir en un momento crucial para la diplomacia climática. Estas ausencias han generado un malestar en la comunidad internacional, pues se considera que su presencia podría haber tenido un impacto simbólico y práctico en la movilización de recursos y en la toma de decisiones a nivel global.
Sin embargo, otros líderes, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la ONU, António Guterres, han enfatizado la urgencia de la acción climática y la necesidad de que todos los países, independientemente de sus niveles de desarrollo, contribuyan al esfuerzo común.
Un llamado a la acción en medio de eventos climáticos extremos
La COP29 llega en un momento en que el mundo ha experimentado numerosos eventos climáticos extremos, como incendios forestales, sequías prolongadas y olas de calor, que han puesto en evidencia la realidad del cambio climático. En este contexto, la cumbre es vista como una oportunidad para transformar las promesas en acciones concretas que aborden las causas y consecuencias del calentamiento global.
El secretario general de la ONU, António Guterres, en su discurso inaugural, ha llamado a los líderes mundiales a mostrar un compromiso real y concreto con el medio ambiente. «Estamos en un punto de inflexión. El futuro de nuestra civilización depende de las decisiones que tomemos ahora», afirmó Guterres.